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lunes, 1 de mayo de 2017

La muerte sueña los fantasmas que vemos #relato




La muerte sueña los fantasmas que vemos, o al menos eso fue lo que me dijo ese sinuoso y suspirante espíritu que en pleno albor de la noche toma el azul del cielo como sábana y que de repente se presentó ante mí, me lo dijo mientras yo escribía un tratado sobre la poesía no fonética de los últimos años. Pero, eso sí, lo que menos quería yo en esta vida, y en aquel momento, era escuchar a ese fantasma. No quería escucharlo, puesto que los rezagos de las anquilosadas y lívidas nubosidades de un sueño intrascendente se estaban apoderando poco a poco de mi alma. Tonto de mí. Yo quería cumplir con aquella magna tarea de análisis poético, pero el periódico del día estaba sobre el escritorio de cedro sobre el cual yo me encontraba trabajando, un periódico que yo no había leído en lo más mínimo, y debo decir que me hacía ojitos con gran suspicacia. La televisión, por su parte, se encontraba encendida, y en ella aparecían algunos cuantos adolescentes con el ligero temblor del deseo en sus pieles. Miles de preocupaciones también se agolpaban en mi mente y en la gruta efervescente e intangible de una inmensidad desconocida. Por eso, al descubrir que por más que lo intentara yo no iba a poder concentrarme, decidí asomarme por una ventana para contemplar las pocas nubes que había convocado el cielo esa noche. ”Tú no quieres escribir ese tratado”, me dijo entonces aquel sinuoso y suspirante espíritu. “Tú lo que quieres es hallar algunos cuantos trazos, o siquiera algún que otro boceto, de una memoria sinérgica y desconocida en un efímero y prodigioso vaho de vida. Tú lo que quieres es deshacerte de todos tus fantasmas y bien sabes que yo soy uno de ellos. Soy el fantasma de una desapercibida y no fonética inquietud. El signo que lleva al no signo y que en esa misma medida lleva al alma".
 Autor: Miguel Ángel Guerrero Ramos



"Porque tenía miedo de las noches que le llenaban de fantasmas
de la oscuridad. De encerrarse con sus fantasmas.
De eso tenía miedo"

Juan Rulfo