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jueves, 30 de julio de 2015

XCIV






“Con amor te desnudo. Quedas como mi carne. Como mi corazón y sus latidos”
 María Elvira Lacaci





Más de Verónica Calvo en su blog Tinta de Sueño 


La autora y su libro... Verónica Calvo y su poemario "Las pequeñas esencias" 


Verónica Calvo es escritora, lectora, viajera, amante de las artes, en especial del cine y la música. Ha cursado estudios de arte dramático, análisis de texto, dramaturgia, técnica de guion para cine y televisión, técnicas de voz para el actor (dicción y foniatría), expresión corporal y danza.
 Escritora desde los doce años. Se adentró en la poesía y en el relato corto, pero pronto quiso profundizar en más géneros, con sus primeras narraciones cortas fue tomando contacto con el estilo narrativo que le permitía desarrollar al completo una obra de este género, este hecho también le permitió adentrarse en el mundo del guion.
Bloguera desde hace años bajo el seudónimo de Ananda Nilayan, posteriormente Verónica C., publicando entre ambos más de 400 poemas, reflexiones, relatos cortos y prosas. En la actualidad con su nombre al completo, Verónica Calvo, nos presenta una obra inédita. 
Su primera publicación es el poemario “Las pequeñas esencias” que es el  primero de una colección de poemarios donde la autora  nos descubre la belleza, el compromiso, el intimismo de su género, todo ello bajo un prisma personal cargado de sentimientos, con un vocabulario extenso y cercano, nada cabalístico, es poesía en esencia, letras que llenan de verdad su realidad interior y se hacen comprensibles a todo tipo de público.


En este poemario la autora arruga el corazón, el alma y el tiempo, condensando sensaciones y sentimientos que hace explotar calando en los adentros del lector. Son gritos de una poeta que vive y siente de una forma peculiar… comprometida con la soledad, el amor y las letras.
En este tiempo actual donde los poetas no gozan de reconocimientos anteriores por motivos diversos, Verónica Calvo es sin duda alguna un referente en la poesía contemporánea. Alguien que desde su anonimato ha inundado la red con centenares de poemas, reflexiones y prosas.
Verónica Calvo es alguien que rompe las barreras poéticas establecidas para acercar la poesía a todo el mundo, haciendo prevalecer la idea por delante de la forma.
Más información en... 



domingo, 26 de julio de 2015

El árbol de la vida






Cuenta la leyenda que existe un árbol mágico en un lejano planeta llamado Mesa.  Su  elevada  altura  le  otorga  una  singularidad  especial,  es  el  único  árbol  de  todo  el Universo que atraviesa su propia atmósfera. En el extremo más alto de su copa nace una  flor diferente cada mil años. Cada flor nueva derrama su polen en la ingravidez y el viento sideral lo esparce por toda la Galaxia. La edad de este Gigante representa la mayor de  todo ser vivo, nadie conocido ha nacido antes. Posee otra singularidad que identifica al planeta, en la parte de su tronco cercano a la superficie ha desarrollado un disco voladizo  con  diez  metros de  radio  y a  uno  del suelo,  como  una  enorme mesa  de  la  que  recibe nombre el planeta.

De su tronco salen tantas ramas como galaxias existen en el Universo. Y de cada  una  de  ellas  nacen  otras  de  igual  número  a  la  cantidad  de  los  mundos  vivos  que contienen.  Las  ramas  más  exteriores  crecen  en  el  mismo  número  tan  elevado  como  especies  vivas  pueblan  el  Universo.  Este  Árbol  mágico  sólo  desarrolla  una  flor  cada primavera  de  mil  años  y  ninguna  se  ha  repetido  jamás.  Todas  hasta  ahora  han  sido  diferentes y de todos los colores imaginables menos del blanco. Nunca ha existido  una flor blanca en este árbol.

En la nueva primavera sideral de este viejo planeta Mesa una pequeña rama ha  salido  ya  del envoltorio  atmosférico  y ha abierto  una  preciosa  flor ¡blanca!.  Algo  nuevo está a punto de ocurrir. El centro de la hermosa flor está formado por un núcleo abierto  de todos los colores que asemeja una gota de arco iris. Así permanece ingrávida en el espacio exterior. En su pequeño tallo puede leerse un nombre nuevo: sapiens. Es la flor  blanca que representa a la Humanidad dispuesta a ofrecer su polen al viento sideral.

jueves, 16 de julio de 2015

viernes, 3 de julio de 2015

En pocas palabras... #2Aniversario


Las palabras escritas solo tienen sentido cuando son leídas. La sensibilidad de un poema que busca trasladar emociones,  los relatos que describen personajes y narran historias; todo, en una simbiosis entre el escritor y el lector que crea un mundo partiendo de las letras.

Esa relación es la que celebra este blog  en su segundo aniversario. Gracias a nuestros escritores, pero sobre todo, gracias a nuestros lectores. 
@Clubpoetasblog 

















“Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se escuchan, hasta que de pronto caen… Vocablos amados… Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras… Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto… Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola… Todo está en la palabra… Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció… Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas… Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron las palabras”.  
Pablo Neruda
(De “Confieso que he vivido” 1974)