EPITAFIO
Cuando me muera no me traigáis flores en
celofanes presas,
Ni coronas redondas con cintas de colores y
doradas letras.
Cuando me muera no quiero tanatorio de toses
circunspectas,
Ni pésames fugaces de rostros conocidos y
palabras huecas.
Cuando me muera no amortajéis mi cuerpo en
caja de madera,
Ni me deis funerales en los vacíos bancos de
una gélida iglesia.
Cuando me muera no quiero un cementerio de
lápidas funestas,
-Si acaso unas
cenizas que con los míos a encontrarse vuelvan-
Cuando me
muera que vengan mis amigos y recordando rían,
Alguna noche alegre en buena compañía, alguna
buena cena!
Cuando me muera que suene una canción que
alivie vuestra pena,
Y en el fondo del bar de mi tengáis recuerdo
con una copa llena!
Cuando me muera me haré sal en el mar,
retornaré a la tierra
Y volveré a nacer en la gota de agua, en la
brizna de hierba!
Cuando me muera mi último suspiro, de un
último recuerdo
del aire que ya expire, será para tus ojos,
será para tu cuerpo.
Cuando me muera reposaré tranquilo al pie de
aquel olivo
centenario que planté y dormiré por siempre ya
en su abrigo!
“...Cuando caminas por un bosque que no ha sido todavía explotado por la mano del hombre, no sólo ves abundante y variada vida a tu alrededor, también encuentras a cada paso árboles caídos y troncos desmoronados, hojas podridas y materia en descomposición. Donde quiera que mires encontrarás muerte además de vida.
Al escrutarlo más de cerca, descubrirás que el tronco que se está descomponiendo y las hojas podridas no sólo hacen nacer nueva vida, sino que ellos mismos están llenos de vida. Los microorganismos están actuando en ellos, las moléculas están reordenándose. De modo que NO hay muerte por ninguna parte. SÓLO EXISTE UNA METAFORFOSIS DE LAS FORMAS DE LA VIDA.
LA MUERTE NO ES LO CONTRARIO DE LA VIDA. LA VIDA NO TIENE OPUESTO. lo opuesto de la muerte es el nacimiento. LA VIDA ES ETERNA”.
Extracto del capítulo "muerte y eternidad" del libro "el silencio, habla".
Hoy ANTONIO, me has hecho llorar, te leo siempre, estoy un poco-bastante sensible a estas lecturas, aunque viva en un puerto de mar soy de la cuenca minera (Turón) MIERES, estoy así por el motivo que ya todo el mundo conocemos por la prensa y medios de comunicación, mi familia eran mineros y alguno todavía lo es, que pena recordarlo, tú con qué delicadeza nos haces ver una tristísima realidad. Muchas gracias y encantada de leerte, aprovecho para felicitarte por lo de Cudillero que también conozco.Un abrazo y que tengas múcha suerte.
ResponderEliminarYo sostrendía que las gracias son la forma más alta de pensamiento y que el agradecimiento supone una, la felicidad duplicada leyéndote Antonio, escribes fetén.
ResponderEliminarhola asturiana.