“Cuerpos especiales” (2013) protagonizada
por Sandra Bullock es una película cuya
principal virtud, y la única, que dirían algunos, es la del recuerdo. Mientras
la ves, surgen las evocaciones de tiempos pretéritos, concretamente de los años 80, y de aquel subgénero que triunfó
popularmente, el de las películas de
parejas de policías que se enfrentaban a la resolución de un caso especialmente
complicado. Estas películas tenían siempre el
mismo esquema previo, dos seres completamente diferentes que se veían obligados por las circunstancias a trabajar juntos. El hecho de ser totalmente diferentes
hacía que se complementaran y eso les ayudaba a resolver el caso. Además, por
añadidura, se les solucionaba, aunque
fuese levemente, algún aspecto problemático de sus vidas privadas, y al final acaban convirtiéndose en los mejores amigos, e incluso en hermanos para
siempre. “Cuerpos especiales” es sólo una más, en cierta medida homenaje, en cierta manera otra vuelta de tuerca con la diferencia que, esta vez, las protagonistas son dos mujeres policías, en definitiva, una manera de aprovecharse de nuevo de algo que se sabe que funciona.
Este esquema se repitió en los
80’s y en los 90’s hasta la saciedad sólo que incluyendo variantes en la ecuación que aportaban alguna novedad, y por ende, seguían entreteniendo que era lo que importaba. El asunto podría haber empezado con “Límite 48
horas” (1982) con Nick Nolte y Eddie
Murphy como variables de la ecuación, un
policía blanco y un delincuente negro. Las constantes un caso especialmente intrincado y peligroso, y que también alcanza generalmente a sus vidas privadas, la muerte de un compañero era un
tema muy socorrido. Y junto a eso y aportando habitualmente una nota de humor
estaban las diferencias de carácter o de situación ante la vida; y que mayores
extremos que un policía muy duro, aún estaba muy presente la figura de Harry
el Sucio como el referente de agente de la ley, y frente a él
un presidiario, un delincuente habitual
de vida disoluta pero que, a pesar de ello, parecía
disfrutar más de la vida y tomarse las cosas con más filosofía que el
duro policía. Naturalmente al final el policía ayuda al delincuente con sus
problemas con la ley, y el delincuente colabora
para que el otro protagonista vea la vida con más optimismo.
Habría que esperar a 1987 para
que el esquema se repitiese con éxito, con mucho éxito, tanto es así que se
convirtió en una saga y se hicieron hasta cuatro películas más con el mismo
título, nos estamos refiriendo a “Arma letal” (1987) con Mel Gibson y Danny
Glover, ahora sí dos policías pero con formas de vida totalmente diferentes. Danny Glover representaba al padre de familia
típico con esposa, varios hijos y una vida burguesa y conservadora que no
quería que nada cambiase, mientras que Mel Gibson era el bohemio que vivía en
una caravana, lloraba la pérdida de su esposa y era autodestructivo. Al
tocarles trabajar juntos Mel ponía
continuamente en peligro y al límite a su acomodado amigo, y Danny conseguía
con muchos apuros introducir algo de cordura en la vida de su chiflado
compañero.
A continuación llegaron como un
río caudaloso un montón de películas del
mismo tipo, todos los que eran actores famosos en ese momento quisieron
subirse al carro de aquel filón tan resultón. Arnold Schwarzenegger hizo “Danko,
calor rojo” (1998) junto a James
Belushi, hermano de John Belushi intérprete de The Blues brothers. En este caso
el antiguo míster Universo hacía de policía de la antigua URSS que se veía a
obligado a viajar a EE.UU y trabajar con
James Belushi, que representaba a un policía americano típico, bueno, típico de
Hollywood claro. Y naturalmente, si
Schwarzenegger había tocado el tema, también tenía que hacerlo Silvester Stallone que hizo junto a Kurt Russell “Tango y
Cash” (1989). En este caso las diferencias entre ambos protagonistas no eran
tan extremas; los dos eran policías, la
diferencia estribaba en sus caracteres y en la manera de enfrentarse a los
delincuentes.
Clint Eastwood también aportó su
personalidad y su manera de actuar a este tema, así hacía de policía ya machucho que le toca trabajar con un novato, un jovencísimo Charlie Sheen en la
película “El principiante” (1990) . Michael J. Fox también estuvo ahí con “Colegas a la
fuerza” (1991) donde hacía de un actor que quería meterse en la piel de un policía
para poder interpretarlo con mayor verosimilitud, su modelo a seguir era
James Wood que representaba a un policía clásico que sufría el método
Stanislavsky de su histriónico compañero eventual.
Las diferencias entre los
personajes principales se hicieron muchas veces extremas así lo vemos en “Alien nation” (1988), donde el compañero más extraordinario era nada menos que un
extraterrestre. Curiosamente esa era la principal diferencia entre los policías
porque a la hora de la verdad había una gran similitud de caracteres y de
maneras de enfrentar el trabajo policial. Otra pareja también atípica era
la de la película “Superagente K9” (1989). En este caso James Belushi estaba acompañado por un actor
menos famoso, se trataba de un perro, concretamente un pastor alemán, que
acababa resultando más humano que con los que compartía la genética el policía
humano.
Y así podríamos seguir no
infinitamente pero sí un larguísimo tiempo con Will Smith en “Dos policías
rebeldes” (1995) , con Jackie Chan en “Hora punta” (1998), e incluso con Woopie Goldberg en la película “Theodore Rex” (1995) acompañada de un policía dinosaurio, pero creo
que este último es más producto de una pesadilla o eso espero por el bien de nuestra
salud mental.
Autor: Gacela
“Eh! corta el rollo quieres amigo! los dos sabemos por que he sido transferido, todo el mundo cree que soy un suicida, lo cual me jode porque nadie quiere trabajar conmigo, o creen que finjo para cobrar la pensión, lo cual me jode porque nadie quiere trabajar conmigo. Resumiendo estoy jodido”.Frase de la película Arma Letal
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