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domingo, 11 de agosto de 2013

La hoguera de las vanidades


Tal vez el lector espere encontrar en esta entrada algún comentario sobre la novela o la película que llevan este título. Aunque esta sería una buena razón de lectura para los cinéfilos, no es la orientación que quiero dar a mis reflexiones.
La expresión Hoguera de las Vanidades viene de la Florencia del siglo XV. Existía por aquella época un monje dominico de nombre Girolano Savonarola, quien llegó a ser el confesor de Lorenzo de Medici “El Magnífico”. A medida que este monje fue ganando adeptos a sus sermones, estos fueron haciéndose más incendiarios; criticando el lujo, la corrupción, la riqueza y la vida superficial que se vivía en aquella Florencia. Sus críticas, por ende, alcanzaron a los Medici. Sus seguidores, animados por el monje, comenzaron a realizar las conocidas hogueras de vanidades, donde se arrojaban al fuego toda clase de objetos que significaran opulencia. Trajes lujosos, joyas, libros y obras de arte, todo lo que consideraban parte y alimento de la vanidad. 


Hubo una gran hoguera que fue la más famosa de todas, se realizó en la Piazza della Signoria. El resplandor de esta hoguera se pudo ver desde cualquier punto de Florencia; en ella ardieron cantidades inmensas de objetos recolectados por la muchedumbre que le seguía. Se dice que, el propio Boticelli lanzó al fuego obras propias. No olvidemos que ese era el momento de mayor esplendor artístico de aquella ciudad y del renacimiento. Aquella fue la gran “Hoguera de las Vanidades”.
Las hogueras consumieron cantidades ingentes de maravillas en libros y arte. Lo que no consiguieron consumir fue la vanidad misma. Savonarola y su propia vanidad hicieron que no hubiese medida en sus ataques y provocaciones, se sentía idolatrado por las masas de la ciudad y, curiosamente, a pesar de haber influido en la quema de libros muy valiosos, escribió su propio libro, el cual fue incluido en los libros prohibidos por la iglesia. Tampoco la vanidad de los florentinos se quemó en las hogueras; pronto todo lo quemado era  sustituido y hasta superado en opulencia. El monje fue excomulgado por el papa, juzgado y quemado en el mismo lugar donde se produjo la gran hoguera.


Han pasado más de cinco siglos desde la gran hoguera. La vanidad sigue intacta. El discurso de Savonarola, si le extraemos toda la carga de fanatismo, no deja de hacernos reflexionar. La vanidad no tiene época, es parte del ser humano. ¿Hay alguien exento de ella? Definitivamente, no. Haciendo una simple panorámica de la situación en la que se encuentra inmersa nuestra sociedad, tenemos que concluir que ese innato pecado , nos ha traído a la ruina económica y social. El deseo de acumulación de pertenencias, la competencia por ver quién logra almacenar más, nos ha emboscado. La corrupción, el engaño y el fanatismo por ídolos de barro, ha actuado como el monje, que logró embaucar a un pueblo para beneficio de su propia vanidad. La arrogancia, el envanecimiento, el deseo de ser admirado y envidiado, aún por encima del propio concepto que tenemos de nosotros mismos, nos ha hecho mirar para otro lado y no ver que nos estaban llevando hasta el precipicio. Quienes nos gobiernan han demostrado que sus actuaciones frías y calculadas no eran otra cosa que el fin lucrativo. Nos han arrastrado a aceptar vivir con lo mínimo, haciendo que se cuele el temor en nuestras mentes para poder controlar las masas. Se han convertido en críticos de conductas que ellos han almacenado para ellos mismos, con el fin de lograr huestes que les endiosen. Pero como Savonarola, no han podido con su vanidad; una vez conseguido el objetivo, ella misma, les ha desnudado.
Autor: Nerea Acosta (@lenenaza)

"Para la codicia nada es sagrado. Si el Ave Fénix cayerá en sus manos, se la comiera o la vendiera". 
Juan Montalvo



6 comentarios:

  1. Siempre traes cosas interesantes, es una delicia leerte pequeña gomera y que humor tienes, eres muy trabajadora y constante, eso vale múcho.Gracias.

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  2. Gracias a ti por entrar y leer lo que se publica.

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  3. Te conozco por TT y me gusta mucho cuando escribes versos pero ha sido una sorpresa saber que también escribes otro tipo de cosas. Te animo a que sigas, me gusta lo que haces tanto con tus poemas como con tus reflexiones. Da gusto encontrar cosas como estas.

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  4. Espero que sigas visitando el blog. Seguro que siempre encontrarás algo que te guste. Muchas gracias.

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  5. No había leído ésto y para mí cuando veo estos relatos tan ineresantes que ignoras totalmente, porque aunque se quiera saber de estas lecturas ¿en qué libro están? tendría que revolver toda una LIBRERÍA del pueblo ó ciudad, para encontrar lo que te gusta, yo confieso que soy una viciosa, sobre todo cuando hay ferias ó alguna exposición (ojeo y hojeo)todo, estoy horas y a lo mejor me voy con un librito pequeñito de bolsillo solo con poesías ó dichos, y si alguno que me interesa lo apunto y ya no hay problema ya tienen para regalarme en alguna fecha importante para mí. Nerea me gusta todo lo que haces poesía y todo, te sigo ya de los tiempos amén, ¿SABES QUE ME GUSTAN LOS "TOCHOS"? pués hasta esos me gustan leer, cuanto más mejor.Encantadísima de poder estar dirigiéndome a tí que eres tan importante para mi. Un besito Nerea guapa.

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    1. La historia está llena de anécdotas y situaciones que son las que las componen. Me alegra saber que te gustan este tipo de escritos. Los haremos con mas frecuencia. Gracias por tus palabras.

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