Uno se da una vuelta por la redes sociales y se da cuenta de lo falsos e hipócritas que podemos llegar a ser todos, digo todos, porque alguna vez todos hemos jugado a ese juego tan de moda entre los usuarios de las redes, la falsedad, donde decimos aquello que quiere oír el otro mientras nos guardamos para nosotros aquello que realmente pensamos. Jugamos al juego de las falsas verdades y las mentiras hechas verdad. Jugamos a aquello que decir yo te veo igual que siempre cuando una persona haya engordado considerablemente, que seáis felices cuando lo que piensas es que te sea leve con ese energúmeno, yo te quiero mucho pero lo que realmente quiero es que no volver a verte el careto.
Es divertido ver como personas que uno sabe a ciencia cierta que se han
dicho de todo a espaldas de cada uno de ellos se profesan un profundo y
verdadero amor fraterno. Como algunos con los cuales hace siglos que no
mantienes contacto alguno, de forma insistente quieren ser tu amigo virtual. Te
llegan frases llenas de amor, amistad y cariño de personas que poco o nada nos
importan. Como unos y otros venden una
falsa amistad de cara a la galería cuando en realidad hace semanas no saben nada
el uno del otro. Esos falsos te quiero, esos aparentes besos y abrazos que constantemente nos mandamos llenos
de vacío y carentes de sentimientos.
En muchas ocasiones lo mejor en mantener
un hablador silencio ante estas falsas exaltaciones de amistad aunque se
debe reconocer que puede llegar a ser divertido participar en este tipo de
actuaciones para saber hasta dónde pueden llegar nuestros niveles de falsedad,
hipocresía y cinismo.
Aunque ahora tampoco se trata de escupirnos la verdad a la cara los unos a
los otros, ya que aquellos que se venden
ante todo como sincero, lo hacen envueltos en una falacia. Cuando una persona dice ser muy sincera, lo
que verdaderamente quiere decir es que ella puede decirnos todo lo malo que ve
en nosotros sin poder enfadarnos pero no oses decirle lo mismo ya que nos
tendremos que atener a sus funestas
consecuencias. Yo siempre bonito y hermoso, tu feo y carente de importancia.
De lo que verdaderamente se trata es de relacionarnos con los demás con la mayor naturalidad posible, sin esconder ni falsear, en la medida de lo posible, lo que verdaderamente pensamos. Uno puede tener una relación de cordialidad con otra persona que no sea de nuestro agrado sin necesidad de llegar esa falsa exaltación de la amistad verdadera. Uno puede mantenerse en silencio ante estos inexistentes sentimientos que parecen unir a dos personas cuando en realidad nada o poco saben el uno del otro. Uno puede evitar este tipo de actuaciones pero en verdad cuan divertido es participar en el juego de la falsa verdad y la mentira hecha realidad.
De lo que verdaderamente se trata es de relacionarnos con los demás con la mayor naturalidad posible, sin esconder ni falsear, en la medida de lo posible, lo que verdaderamente pensamos. Uno puede tener una relación de cordialidad con otra persona que no sea de nuestro agrado sin necesidad de llegar esa falsa exaltación de la amistad verdadera. Uno puede mantenerse en silencio ante estos inexistentes sentimientos que parecen unir a dos personas cuando en realidad nada o poco saben el uno del otro. Uno puede evitar este tipo de actuaciones pero en verdad cuan divertido es participar en el juego de la falsa verdad y la mentira hecha realidad.
Autor: Carmen @Persefone123
José Zorrilla"Amistad nunca mudable por el tiempo o la distancia, no sujeta a la inconstancia del capricho o del azar, sino afecto siempre lleno de tiernísimo cariño, tan puro como el de un niño, tan inmenso como el mar".
Esta ciudad es de mentira
No puede ser.
Esta ciudad es de
mentira.
No puede ser que
las palmeras se doblen
y los ojos de las
putas sean tiernos
como los de una
Venus de Lucas Cranach
no puede ser que
el viento levante las polleras
y que todas las
piernas sean lindas
y que los
consejales vayan en bicicleta
del otoño al
verano y viceversa.
No puede ser.
Esta ciudad es de
mentira.
No puede ser que
nadie sienta rubor de mi pereza
y los suspiros me
entusiasmen tanto como los hurras
y pueda escupir
con inocencia y alegría
no ya en el
retrato sino en un señor
no puede ser que
cada azotea con antenas
encuentre al fin
su rayo justiciero y puntual
como desde un
recuerdo a una piscina.
No puede ser.
Esta ciudad es de
mentira.
No puede ser que
las brujas sonrían a quemarropa
y que mi insomnio
cruja como un hueso
y el subjefe y el
jefe de policía lloren
como un sauce y
un cocodrilo respectivamente
no puede ser que
yo esté corrigiendo las pruebas
de mi propio
elogiosísimo obituario
y la ambulancia
avance sin hacerse notar
y las campanas
suenen sólo como campanas.
No puede ser.
Esta ciudad es de
mentira.
O es de verdad
y entonces
está bien
que me encierren.
Mario Benedetti
Perse, sigo esperando por vosotras, tanto a Nerea como a tí y a alguién que esporádicamente trae alguna cosa interesante Pep y Gacela, por ejemplo. Ay, ay y ay esa foto de la careta cuanto me sugiere, el escrito y la poesía siempre me gusta leerlo pues creéme dos ó tres veces.
ResponderEliminarEn este mundo virtual quien más y quien menos nos escondemos detrás de una careta. Detrás de una máscara recubierta de amor, cariño y bondad en realidad puede haber un ser despreciable y mezquino capaz de utilizar a los demás con el único de fin de ser el foco de atención o simplemente hacerlo por pura diversión. En cambio, una vez la persona, que nos puede parecer hiriente, mordaz e incluso con no claras intenciones, se quita ese disfraz nos encontramos con una persona de ley incapaz de hacer nada en contra de los demás. No nos fiemos de los disfraces que podemos utilizar en la red, porque son eso, simples disfraces.... una vez nos quitamos máscara, es lo que realmente vale.
ResponderEliminarSi supieras Perséfone ¡cómo te entiendo¡. pero mi humilde opinión es que no hay que tener ni disfraz ni careta ser uno mismo aquí detrás de esta pantalla, lo que es, es una persona. Pues mira tú por donde te entiendo múcho mejor lo de los besitosssss.Permíteme que te diga que siempre te hé entendido, pués llevo leyendo la "intemerata" de tiempo ¿por qué? pues porque siempre me han llamado la atención los comportamientos humanos. Yo creo que tú me entiendes por el tiempo que me has leído menos desde luego que yo a tí, encantada Perse, te entiendo, te entiendo y te entiendo. Oye PERSE ¡cuanto he repetido lo de entiendo? jo.
ResponderEliminarPues puedo opinar y opino con gran satisfación, que tus escritos los valoro en todo su terreno, siempre dices, sin decir, y todo tiene su por qué, cada uno que se coja la moraleja.
ResponderEliminarSobre las caretas y los disfraces yo añadiría otra y es la coraza que aunque se les quite la careta o media ó el disfraz ahí siguen , como diría "cemento armáo" que no es paja.
Perse os sigo leyendo, es una pasada.
Las personas que brindan su plena confianza creen por ello tener derecho a la nuestra. es un error de razonamiento: los dones no dan derecho. Friedrich Nietzsche
ResponderEliminarLas personas no son ridículas por lo que son, sino por lo que quieren aparentar ser.
QUE PEDANTERÍA MAS ESPANTOSA, POR FAVOR, POR FAVOR ¡es ofensivo y "ridícula" esta apreciación, aquí no hay nadie "ridículo"¡ aquí cada uno es muy respetable su testimonio. En las Redes "adivina-adivinanza" de pena vamos, ya están bien, pido se respete al bloog, ¿indirectas? sobran, es ofensivo y cansan la verdad.
ResponderEliminarSin querer ofenderte, creo que has malinterpretado mis palabras, te pido por favor que releas, lo que hago (o intento hacer) es apoyar el texto, no me juzgues si no me conoces.
EliminarCreo que no sabes quien soy, ni como me expreso, ni mi vinculación con este lugar, ojalá todos/as lo respetaran y valoraran como yo.
Nadie puede censurar o condenar a otro, porque nadie conoce perfectamente al otro. Thomas Browne
Que amable si, si.
ResponderEliminarPor casualidad he pinchado en lo del "ego" y me ha traído aquí y leo algo de "pedantería" refiriéndose al comentario de Catalina (se quien es el nik verdadero) y me dá de verdad coraje, pues ya quisiera más de una ser como esta persona, si se hubiera registrado antes hubiese evitado más de una y de dos y de tres y de cuatro meteduras de pata, es una pena. Desde mi anonimato Catalina tienes mi reconocimiento, eres cariñosa, educada y respetuosa ¿qué más se puede pedir para la buena marcha de cualquier conjunto? Un saludo aunque tarde, pero vale igual, para mí sobre todo que me ha molestado bastante el que se te hiriera tan injustamente, cuando tú lo evitas en todo momento y con todo el mundo.
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