Un juego difícil con millones de
participantes y al que llegamos sin conocimiento alguno, un juego sin vidas extra, ni recargas de energía,
ni comodines... sólo una jugada, larga o corta, depende de cómo lo quiera el
destino, en el que cuando crees que has aprendido las reglas, cuando te sientes
ganador y te confías, todo cambia y te quedas con esa cara de cuando eras niño
y te hacían trampas.
Pero aquí no vale el "no
juego más tramposo", tienes que seguir adelante porque el fin de la
partida no lo decides tú y si tienes que volver a la casilla de salida pues
vuelves, es lo que hay. La única regla es que no hay reglas.
Es un juego emocionante, lleno de
casillas estupendas que te dan muchas satisfacciones, tesoros ocultos, momentos
mágicos. Pero también lleno de trampas, casillas malditas de las que huyes como
puedes pero en las que caes
irremediablemente, y de las que no sabes cómo salir ni cuanto vas a estar
atrapado.
Hay ayudas, y compañeros de
juego, ocasionales unos y que te acompañan gran parte del recorrido otros,
hasta que un día, cuando ya le has cogido el gustillo, sin darte cuenta… fin de
partida y lo mejor, o lo peor, es que no sabes cómo has quedado porque estás
fuera de juego.
La vida no es un juego, lo sé, pero
mirándolo así, si lo fuera... creo que muchos ni se acercaban al tablero.
Autor: @lasevi39
"La vida es un pañuelo, es un hermoso juego, es un instante de pólvora y colores y nada más".
Luis Alfredo Arango
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