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lunes, 3 de noviembre de 2014

Aprendiz #microrelato




Aprendió a caminar, despacio, a su ritmo, notando sus latidos en cada paso…
Antes sólo corría, siempre a galope, aceleradamente.  Nunca paró y se contempló, nunca se observó. Ahora sí, se detuvo, se miró y comprendió…
Antes tenía pavor a escucharse, a dejarse llevar, siempre al mismo insulso e insípido ritmo. Su corta vida le enseñó a detenerse y mirar hacia los lados, ver más allá, escuchar, sentir la lluvia, empaparse gota a gota, que su rostro mojado liberara nuevas sensaciones.
Recobró esa ternura perdida, sus ojos mataron la dureza, sus labios vivían, sus manos rebosaban tierna dulzura. Su corazón bombeaba calor desprendía esa fuerza escondida y las piernas empezaron a pisar firmemente hacía el rumbo marcado.
Sus pies, ya sin dolor, ya sin ese desmesurado dolor acumulado y con el lento caminar, empezó a descubrirse. Olía, fritaba, saltaba sin necesidad de un por qué. Ya no contaba los pasos, ni las horas, Su reloj se paró, por fin se había tomado su tiempo. Desapareció el tic tac, ya no sentía presión en su alma, la cambió por una sonrisa, porque aprendió a caminar despacio.
Aprendiz de sus pasos, aprendiz de su vida. Y es que la libertad comienza en uno mismo. El resto, el resto, si que es una cuestión de tiempo.
Autor: Luz de luna (@Luzdeluna111_)



 


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