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domingo, 26 de octubre de 2014

Dos corazones






Fugitiva de tu recuerdo me he perdido en el camino.
La huida me está llevando al límite de tu frontera,
pero sigo presintiendo que eres tú mi destino.
Mi mirada se ha cubierto de ambición y nostalgia,
repasando cada una de tus letras,
recitándolas de memoria,
buscando en cuál de ellas se esconde nuestro abismo.

Asomada a tu ausencia he gritado manteniéndome callada,
esperando tu mirada,
deshilando una esperanza que parecía sellada.
Te hablo de mí, desarropando mi alma
y te la entrego, sin ti no la quiero para nada.
Ya no me encuentro en tus versos.
El calor de tus palabras ahora es un duro invierno.

Se amontonan las auroras en mi mirada cansada,
decepcionadas vigilias, estériles esperas, que terminaban en nada.
Demasiado tiempo voy buscando el sol tras tus tinieblas,
atenta a tus reflejos, a tu pálida luz, contemplando tu existencia.
No se hacía donde voy, no se hacía donde me llevas.
Ni siquiera hay escombros,
no he conseguido romper tu titánica barrera,
ni olvido, ni abandono,
tan solo incertidumbre de tantas noches en vela.

Me aferro a ti aunque me produzca llanto.
A ilusiones infértiles donde nacerán todavía más silencios.
Quiero amar tus manos,  la letra en tu poesía,
tus suspiradas palabras mientras buscas esa rima.
Que sientas mi presencia en el aire que respiras.
Cobíjame en tus brazos, ábreme tu alma, terminemos la batalla.
Dos corazones juntos, ya no son una vida solitaria.






1 comentario:

  1. Con palabras de esta índole, nacen los suspiros. Hay un poso de tristeza, pero también de fértil y bello anhelo.

    Besos y abrazos de una mano que va delante, siempre con caricias.

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