Ayer fallecía Nelson Rolihlahla Mandela, conocido en su país como Madiba, el abuelo, y que se ha convertido en el mayor icono del siglo XX en la lucha contra la discriminación racial. Nelson Mandela, nació 18 de julio de 1918 y se convirtió en un luchador infatigable contra el Apartheid, sistema de segregación racional instaurado en 1948 por los Afrikáners, la población blanca de origen holandés que por aquel entonces ostentaba el poder en Sudáfrica. Según este sistema político la población negra no tenía derecho al voto ni a ostentar cargos en la administración pública. Durante los años cincuenta Mandela ejerció como abogado propocionando consejo legal a la población negra que no podía permitirse el pago de un representaten legal y fue un activista muy reconocido dentro del Congreso Nacional Africano (CNA), partido al que pertencia. Su lucha contra el Apartheid siempre estuvo muy comprometida con los métodos no violentos de Gandhi, pero en 1960 se ilegaliza el CNA y ocurre la matanza de la cuidad de Shaperville, donde murieron 69 manifestantes negros por disparos de la policía. A partir de este hecho, Mandela radicaliza su postura haciendo un llamamiento a la lucha armada contra el Apartheid, cosa que provocó que en 1961 fuera considerado un terrorist tanto por las autoridades sudafricanas como por la propia ONU. A partir de entonces Mandela actua desde la clandestinadad, pero en 1962 se detenido y condenado a cadena perpetua.
En 1964, Nelson Mandela ingresa en la prisión de Robben Island como el preso número 466/64. En ese pequeño islote situado en la costa sudafricana permaneció 18 de los 27 años en qué estuvo encarcelado, viviendo en condiciones muy precarias. Pero estas circunstancias no le hicieron desfallecer en su lucha, sino todo lo contrario. La estancia en Robben Island significó para Nelson Mandela un período de estudio, aprendizaje y reflexión llegando a la conclusión que Sudáfrica no sería Sudáfrica sin los Afrikáners, entendiendo que éstos también formaban parte del país y que eran imprescindibles para su futuro, creyendo en la reconciliación de ambos pueblos. Durante su encarcelamiento, Mandela se convirtió en un símbolo internacional en la lucha contra el apartheid.
El gobierno sudafricano siempre
hizo caso omiso a las peticiones nacionales e internacionales para su liberación. No fue
hasta el 11 febrero de 1990, y por temor
a un conflicto armado en el país, cuando Nelson Mandela fue liberado. Tras su liberación, Mandela
trabajó junto con el presidente de Sudáfrica, Frederik Willem de Klerk, con el
objetivo de conseguir una democracia multirracial en el país. Por este hecho, ambos recibieron el Premio Nobel de la paz en 1993. Las primeras elección
democráticas en Sudáfrica por sufragio universal se celebración el 27 de febrero de 1994, proclamándose Nelson Mandela
presidente del país, cargo que ostentó hasta 1999, siendo siempre su principal
prioridad la reconciliación nacional.
En 2002, la Fundación Nelson
Madela utilizó su número prisionero en Robben Island para lacampaña 46664, dirigida
a concienciar a la población mundial sobre el sida, enfermedad que causaba estragos entre la población negra de Sudáfrica. El propio Mandela dio la iniciativa para utilizar su número de prisionero “como un recordatorio permanente de los
sacrificios que él estaba dispuesto a hacer para que hubiese en el mundo una
justicia social y humanitaria en la que él cree apasionadamente”. La Campaña 46664 tuvo una gran repercusión mundial, recaudando numerosos fondos y celebrando
diversos homenajes a Mandela. Fueron muchas las personalidades que se unieron
a la causa convirtiéndose en embajadores 46664. La ONU declaró en 2009, el 18 de julio, como el Día
Internacional de Nelson Mandela cuya
misión es inspirar a las personas para cambiar el mundo que les rodea para
mejor.
Durante su estancia en prisión
Nelson Mandela tuvo escrito en una hoja de papel el poema Invictus del escrito inglés William Ernest
Henley (1849-1903), escrito en 1875 y publicado por primera vez en 1988. Este poema le ayudó a sobrellevar sus 27 años de
encarcelamiento y no desfallecer nunca en su lucha.
Autor: Carmen @Persefone123
Autor: Carmen @Persefone123
INVICTUS
Más allá de la noche que me
envuelve
negra como el abismo insondable,
agradezco al dios que fuere,
por mi alma inconquistable.
En las garras de la circunstancia
no me he estremecido ni he
llorado.
Bajo los golpes del azar
mi cabeza sangra, pero está erguida.
Más allá de este lugar de ira y
lágrimas
yace el horror de la sombra,
sin embargo la amenaza de los
años
me halla y me hallará sin temor.
No importa cuán estrecho sea el
camino,
ni cuán cargada de castigos la
sentencia,
Soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.
William Ernest Henley
No hay comentarios:
Publicar un comentario