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sábado, 21 de diciembre de 2013

Cuento de navidad



Como en el cuento de Navidad de Charles Dickens, estas fiestas las viviremos rodeados de fantasmas.  Lo único que tenemos que hacer para poder verlos es prestar verdadera atención y  éstos se aparecerán ante nosotros ofreciéndonos una buena lección también. Algunos son espectros que verás deambular por los grandes almacenes mientras compran regalos sin alma, regalos que sólo buscan cumplir con la rutina. Si continuas prestando atención, veras a los fantasmas que ofrecen una caridad para resarcir su mala conciencia y poder así seguir a la vera de la estufa,  mientras multitudes de personas  de carne y hueso se manifiestan en las calles en pro de la solidaridad. Y cuando lleguen las fechas sagradas, podrás observar a las hordas de  fantasmas que intentan aprovecharse de la Navidad para llenar sus bolsillos a costa de la fe cristiana, esa supuesta fe de Jesús que excluye a los gais, divorciados, ateos, comunistas, practicantes de otras religiones y demás pecadores de sentarse en la misma mesa el día de Navidad sin ser juzgados antes. No le contéis a los niños este cuento. Ellos, que no entienden de racismo, segregación, hipocresía y oportunismo, son los únicos por lo que vale la pena vivir esta farsa. 


¡Feliz Navidad a todo el mundo!



"Las Navidades son la época en que los niños le dicen lo que quieren a Santa Claus y los adultos lo pagan. Los déficits son las épocas en que los adultos le dicen al Gobierno lo que quieren y los niños lo pagan"
        Richard Lamm





 Más de Ismael H. en su blog Siente las letras

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