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domingo, 26 de julio de 2015

El árbol de la vida






Cuenta la leyenda que existe un árbol mágico en un lejano planeta llamado Mesa.  Su  elevada  altura  le  otorga  una  singularidad  especial,  es  el  único  árbol  de  todo  el Universo que atraviesa su propia atmósfera. En el extremo más alto de su copa nace una  flor diferente cada mil años. Cada flor nueva derrama su polen en la ingravidez y el viento sideral lo esparce por toda la Galaxia. La edad de este Gigante representa la mayor de  todo ser vivo, nadie conocido ha nacido antes. Posee otra singularidad que identifica al planeta, en la parte de su tronco cercano a la superficie ha desarrollado un disco voladizo  con  diez  metros de  radio  y a  uno  del suelo,  como  una  enorme mesa  de  la  que  recibe nombre el planeta.

De su tronco salen tantas ramas como galaxias existen en el Universo. Y de cada  una  de  ellas  nacen  otras  de  igual  número  a  la  cantidad  de  los  mundos  vivos  que contienen.  Las  ramas  más  exteriores  crecen  en  el  mismo  número  tan  elevado  como  especies  vivas  pueblan  el  Universo.  Este  Árbol  mágico  sólo  desarrolla  una  flor  cada primavera  de  mil  años  y  ninguna  se  ha  repetido  jamás.  Todas  hasta  ahora  han  sido  diferentes y de todos los colores imaginables menos del blanco. Nunca ha existido  una flor blanca en este árbol.

En la nueva primavera sideral de este viejo planeta Mesa una pequeña rama ha  salido  ya  del envoltorio  atmosférico  y ha abierto  una  preciosa  flor ¡blanca!.  Algo  nuevo está a punto de ocurrir. El centro de la hermosa flor está formado por un núcleo abierto  de todos los colores que asemeja una gota de arco iris. Así permanece ingrávida en el espacio exterior. En su pequeño tallo puede leerse un nombre nuevo: sapiens. Es la flor  blanca que representa a la Humanidad dispuesta a ofrecer su polen al viento sideral.

 
En esta ocasión las condiciones han sido óptimas y el polen de la flor blanca se  esparce por todas las galaxias. El polen del árbol mágico es ajeno al tiempo y al espacio, su composición es tan misteriosa que no existen distancias en su vida, como si estuviera  formado de luces cuya claridad cubre a todo el Universo en un mismo tiempo. Esta luz atemporal del polen del árbol mágico siempre contiene información, pero ¿qué información contendrá el polen sapiens?

Ha  pasado  un  año.  Esta  vez  ninguna  rama  alza  lo  suficiente  para  atravesar  la  envoltura atmosférica. ¿Qué está pasando?  No puede ser, durante miles de millones de años siempre ha sido igual. Pero ¿qué es aquella luz que brilla pequeña a lo lejos? Se  acerca.  Cada  vez  más  y  comienza  a  dibujarse  muchas  pequeñas  luces  unidas  en  una sola.  En  realidad  son  muchas  naves  espaciales  de  todas  las  formas  y  tamaños.  Se  detienen  frente  al  planeta.  En  ese  mismo  instante  un  repentino  viento  mece  al  árbol soltando  una  hoja  por  cada  rama  de  las  que  corresponden  a  los  mundos  habitados.  Todas las hojas caen simétricamente en círculo alrededor de la mesa redonda.
 
De todas las naves espaciales salen pequeños módulos que aterrizan alrededor  del  árbol.  Pisan  la  superficie  seres  vivos  de  todas  las  civilizaciones  interplanetarias  y comienzan  a  tomar  asiento  alrededor  de  la  Mesa.  Algo  mágico  jamás  contemplado  se  está  desarrollando.  Maravillosamente  surgen  flores  por  todas  las  ramas  del  árbol.  El espectáculo es magnífico, la belleza llega a límites divinos insospechados. El Misterio del  Universo  jamás  se  ha  expresado  con  tanta  hermosura.  Entonces  suena  una  voz  que parece cerca de todos los oídos:
 “La Asamblea  del Universo va a comenzar, se abre la sesión. Antes de nada,bienvenida, Humanidad...” 

Autor: Ciudadano Humano (@ciudadanoNick)  








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