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domingo, 31 de agosto de 2014

On my mind






Cada mañana, la vida misma


Como cada mañana, se levantaba y se arreglaba para salir a la calle. Una vez allí paraba para tomar un café y una buena tostada para comenzar el día. Y avanzaba su mañana corriendo, de un lado para otro hasta que terminaba su trabajo: charlaba, hablaba por teléfono, organizaba, todo lo tenía previsto. La tarde no cambiaba demasiado. Tras haber dejado todo hecho, se dirigía a su casa caminando, alguna vez paraba en alguna tienda,  pero eso lo tenía reservado para el fin de semana, al igual que quedar con los amigos, salir a cenar o a comer o, simplemente descansar.

Empezó la semana y todo fue distinto, cómo si no supiera porque, cambio de bar, ese que durante años le había servido el desayuno.  Ese día incluso no tomó su tostada con mermelada de fresa y se preguntaba por qué pero simplemente lo hizo. El resto del día cumplió con su trabajo, charlaba y hablaba  por teléfono, como siempre hacía. Decidió en la tarde caminar y dar un paseo. Era más de las ocho y aún seguía en la calle, tampoco sabía bien porqué pero le apetecía hacerlo.
Una noche salió de casa, caminó hacia un parque y se sentó en un banco, sólo para escuchar pasar el tiempo observando, mirando al cielo y oyendo su respiración. Así fue pasando la semana, esa semana en la que todo fue distinto, incluso había días que llegaba al trabajo con la hora justa porque había salido a cenar, o había dormido poco, pero tampoco sabía porque estaba pasando todo eso, sólo lo hacía…  simplemente y la verdad que estaba bien.

La semana siguiente  decidió volver a lo de siempre, supuso que había sido una  situación algo rara y lo dejo pasar. Volvió a su bar de siempre, esa tostada que le apasionaba, ya no sabía igual, su café que durante años había consumido no era tan especial. Sus horas y su organización que tenía antes, la hacían recordar sus días inexactos, sus días en los que no había plan simplemente surgían y se seguía preguntando el por qué sus días estaban cambiando, su forma de ser, su ritmo, su organización, en definitiva su vida. Y la respuesta cobró sentido.  Hay veces que todo cambia, sin más, puedes preguntártelo cien mil veces y la respuesta será idéntica: El cambio no solamente es necesario en la vida, es la vida en sí misma.
Autor: Luz de luna (@luzdeluna111_)

 "Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿Querría hacer lo que voy a hacer hoy? Y si la respuesta es no durante muchos días seguidos,  sabría que necesitaría cambiar algo."
Steve Jobs




miércoles, 27 de agosto de 2014

Capricho de pelo rojo


Diosa de pies descalzos sobre su escenario, un lujoso cuarto del templo de la diosa de cabellos cobrizos.
Su único atavío una fina gasa negra, sobre el lienzo blanco de su piel de luna salpicada de estrellas.
Hechizante cascada de cabello rojo se desliza libre y rebelde sobre su piel.
Adorna sus rizos con abalorios de cascabel, que acompañan a sus vaivenes de sensual melodía.
Mujer de cabello de fuego que cubre su cuerpo como un sudario de fuego, al desprenderse de su oscura gasa.
Fuego sobre mármol, tan gélida y tan ardiente, como indiferente.
Si la miras a los ojos te hechizan sus grandes brasas ardientes, rodeadas de largas pestañas rizadas tan negras y oscuras como el mismo abismo.
La diosa desliza su pelo-fuego sobre una piel de hombre, calentando al mortal que cae en su magia.
Sus ojos abrasan cuando fija su mirada en la víctima de su placer.
Dejará que acaricie su marmólea piel, mientras permanece sentada sobre la víctima de su lujuria.
Hará que las manos del mortal, al que aferra entre sus suaves piernas, repten por su lienzo de seda frío, alejando su indiferencia.
Ella desliza sus cabellos por el centro del placer de su mortal rehén.
Al que envuelve con su boca para mirar a su víctima, capturada en la danza de sus labios rojos y su tibia lengua.
Las brasas de su mirada consiguen esa primera gota de placer mortal.
La diosa la saboreará como un trofeo.
Esa pequeña gota, ese ligero gemido, es el néctar del fuego rojizo de sus cabellos.



“Yo quiero ser fuego, volcán de aire rojo que incendie el secreto de todas las ramas y todos los pechos.”
 Ernestina de Champourcín 





jueves, 21 de agosto de 2014

El alma errrante


Muchas veces creemos que lo sabemos todo, muchas veces nos imaginamos un mundo de color de rosa, para tarde o temprano caer en una triste realidad... que el rosa como tal no existe, pero pueden existir diferentes tonos de lila, rosa palo o rojo pasión inclusive; pero siempre será el mundo que queramos que sea...  Esta historia comienza así:

"Dicen los autores que una vez existió un hombre sin rostro, un hombre errante que para su época no era caballero ni mucho menos la copia del Cid Campeador, era sólo un hombre que ni siquiera sabía lo que buscaba. Un hombre que durante toda su vida había creído que las cosas caían por su propio peso, que la gente giraba a su alrededor, que la soledad era su aliada, que las mentes brillantes sólo corresponden a los hombres de su época y que por lo tanto el sentimiento impronunciable sólo obedece a los hombres débiles...
Un día en el que el sol quemaba la piel, las gaviotas se daban un festín con la comida que la gente había arrojado, los peces deambulaban sin parar debajo del muelle, un día agotador para el hombre que trabajaba de sol a sol, desde el amanecer hasta el atardecer, siempre trabajando sin parar... siempre ocupando su mente para no pensar.
Acababa de limpiar el barco cuando divisó en el horizonte un bulto en el mar, en un primer momento pensó que era un trozo de ropa que alguien había tirado y luego pensó que era un animal marino... pero cuando sus ojos pudieron ver con claridad de qué se trataba se dio cuenta que no podía ser otra cosa que.... ella.Se acercó vacilante hacia donde se encontraba y dudó si acercarse o no, no quería problemas, pero no pudo evitar pisar las ropas cuando estuvo al borde del muelle.  No pudo evitar pensar: "Sea lo que sea que es, está como una cabra".
Ella ya lo había divisado desde hacía rato, no pudo evitar admirarlo mientras limpiaba las paredes del barco, pero el baño que se estaba dando no se lo quitaría ni Dios. Comenzó a acercarse a regañadientes a la escalinata del muelle mascullando para sí: "Para un día que hace calor tener que interrumpir mi baño por este...."
- Perdone, pero no sé si sabe que está prohibido bañarse en el muelle. Podría ser detenida si alguien llamase a la guardia.  
Y ¿quién lo va a hacer, usted?
El hombre puso los ojos como platos, nadie en su vida le había hablado con tanta altanería... "Que me aspen si"... Pensó.
- Podría muy bien hacerlo... pero no lo voy a hacer, usted es lo suficientemente mayor como para hacerse responsable de sus actos.
La mujer lo miró con furia, sus ojos centelleaban y si éstos fulminaran el hombre ya estaríacalcinado.
-Oh, es verdad podría salir sino fuera porque su pie está sobre mi ropa, ¿se ha tomado la medicación hoy?
 El hombre irrumpió en carcajadas sonoras, tanto que la mujer se asustó pero aun así pudo disimularlo muy bien y simplemente sonrió.
- Sí, es verdad estoy sobre sus... ropas.  Levantándolas y examinándolas   detenidamente, se las ofreció.
Ella le hizo ademán de girarse y así pudo salir del agua, cogió la toalla, cogió las ropas y comenzó a vestirse, sin saber que el hombre la miraba de reojo, sin saber que se deleitaba con su cuerpo, sin saber que admiraba desde la punta de su cabeza hasta la punta de sus pies, sin saber que no podía dejar de abrir la boca por lo que veía y sobretodo sin saber que ella ya tenía dueño.
Y sin saber que el mundo de él se estaba tornando de color de rosa...”.
Autor: Autoresen la sombra (@autoresvarios)

"Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso, ¡qué soledad errante hasta tu compañía!" 
 Pablo Neruda







Primer Capítulo. Un mundo para dos

"Existe un lugar en el que las personas se asemejan entre sí, un lugar en el que pueden ser otros sin ser vistos, un lugar en el que conviven sentimientos inesperados, el placer que se obtiene del morbo, la sensualidad unido a la fantasía, la posibilidad de ser quien no eres, dar rienda suelta a tu imaginación, quizás la falta de confianza para encarar el sexo.

Todo ello con un común denominador: que acaba siendo irreal...
Todo empezó como un juego, si entras por primera vez no conoces las reglas, como todo principiante no las conoces hasta darte cuenta de en qué lugar te sumerges, eres "abducido" por lo que ves,  por aquellos que interactuan contigo, por lo que sientes, incluso por el qué decir y por el cómo decirlo.
Comienza a ser tan excitante, todas las fantasías se conjugan en un solo fin, todos se dirigen a obtener el tan ansiado... placer. Y ves aparecer el morbo en estado puro, desarrollas tu imaginación a límites insospechados, pero la realidad se vuelve cruda e intimidatoria cuando las cosas se vuelven contra ti.
Todo empezó una noche de junio, cuando los calores comienzan a ser abrazadores, cuando la soledad se conjuga para no marcharse, cuando tus anhelos son cómplices de tus miedos, cuando buscas y no encuentras, cuando presientes que tu destino está por cambiar.
Se encontraron por casualidad, quién iba a imaginar que se convertirían en algo efímero pero fuerte a la vez; como cuando construyes un castillo de piedra en vez de arena. Ninguno de los dos sabría que su historia continuaría, ninguno imaginaría lo que podrían darse el uno del otro.
Ella, una mujer bella por naturaleza; él, un hombre creíble que esconde un pasado; ambos combinan lo blanco y lo negro, el día y la noche, fueron creados para darlo todo, para ser uno, para desearse y amar como nunca creyeron hacerlo. Pero algo se esconde tras ellos, que podría hacer que todo se vuelva en contra, algo que podría ser que el lugar donde estén se vuelva un lado oscuro que explorar y que la normalidad se torne inverosímil y a la vez excitante... sólo ellos serán capaces de superarlo en un lugar complicado de relacionarse.
  Y así comienza la historia..." 
  http://recopilaciondepoemasyversos.blogspot.com.es/2014/04/infinitamstory-existe-un-lugar-en-el.html
Podéis leer la continuación del primer capítulo del libro "La historia de Infinitamstory" de Autores en la sombra en el siguiente enlace de su blog:
http://recopilaciondepoemasyversos.blogspot.com.es/2014/04/infinitamstory-existe-un-lugar-en-el.html

domingo, 17 de agosto de 2014

Al Mar

     

A ti te miro tapiz de plácida bonanza,
para encontrar mensajes en la espuma que se arrastra
por esta arena llena de memoria,
que como manto se tiende ante mis pies descalzos.
Centellean las burbujas en su loco salto,
rozándose entre ellas y haciéndose concierto.
Me acerco a ti en busca de respuestas
y me recuerdas que formo parte de tus tiempos.

Me haces marea que vaga por todos los océanos,
arribando a playas o bañando acantilados.
Sobre tus ondas sueño con ser el barco,
que empuje el viento y me lleve hasta sus brazos.
No importa si me llamas en ocasos o en auroras,
con murmullos azules o recitales de olas.
Mi alma quiere elevarse y volar como gaviota,
paseada por el viento que me lleve hasta su encuentro.

O terminar sumergida enredada entre corales,
que den color a esta locura de pasiones impetuosas.
Nadar tus aguas tranquilas o furiosas,
rompiendo surcos que se batan en mi cuerpo.
Naufragar con él hasta alcanzar juntos un puerto
donde mirándote vivamos albas infinitas.
Mi piel se ciñe a tu mojada caricia,
perdiéndose en mensajes que se caen de mis manos.

Te haces voz para llegar hasta el que sueña
y recordarle que en esta playa le espera una sirena.
Eres uno y tantos mares bogando en mis poemas,
salpicados de sal que en una tímida vela se despliega.



 "Fue a la vera del mar, a medianoche. Supe que estaba Dios, y que la arena y tú y el mar y yo y la luna eramos Dios.Y lo adoré"
Antonio Gala
 



Cerrado por vacaciones


Primeros de agosto, pero el despertador sonaba a la misma hora de siempre, a las 6:30, e hizo lo mismo que cada día; se duchó, se vistió, desayunó y cerró con llave para ir a trabajar. Al abrir la puerta del portal una bocanada de aire caliente le recordó que aún siendo las 7:15 de la mañana ya se rozaban los 30 grados. Se dirigió a la parada del autobús, las calles ardían, estaban desiertas y la cuidad parecía adormilada. Hoy, por lo menos, el trayecto en bus al trabajo lo haría sentada. Llegó puntual, como siempre, a las 07:50, y saludo al vigilante de seguridad, no lo conocía, era nuevo, debería ser el sustituto del verano. Cogió el ascensor, sin tener que esperar mucho tiempo, sin la obligación de departir con el resto de usuarios, sin esas circunstanciales y trilladas conversaciones sobre el tiempo. A las 08.00, ya estaba sentada en su puesto, encendió el ordenador, y se colocó los auriculares inalámbricos para poder atender las llamadas. Siguió con la rutina de cada mañana, comprobación de los e-mail recibidos, el fax, ordenar el correo... Pero ésto le llevó poco tiempo, ya que no encontró ni fax, ni e-amils, ni nada. 


Al igual que cada mañana se levantó para coger un café de la solitaria máquina, pero hoy no estaba el corrillo que siempre la rodeaba donde se comentaban los últimos chismes que por la empresa circulaban. Vio que eran las 09:00, la hora en que siempre le llamaba para darle los buenos días y decirle que por la noche lo esperaba. Cuando estaba marcando su número, colgó la llamada ya que recordó que él estaría dormido en la enorme cama de aquella habitación de hotel con vistas a la playa, en esa misma habitación en la que ella debería estar durmiendo mientras le abrazaba. Pero esta idílica visión se vio rota por otros pensamientos mucho más aciagos ¿Por qué él no se había quedado durante sus vacaciones con ella ya que por las tardes durante el verano no trabajaba? ¿No decía que por culpa de su trabajo,  sus múltiples actividades y las ida y venidas con sus amigos casi no se veían? ¿Por qué no había puesto más ímpetu frente a su jefe para conseguir unos días libres en octubre cuando ella estaría de vacaciones? ¿Por qué imperaba en la empresa esa norma no escrita que dictaminaba que aquellos que tenían pareja o hijos tenían preferencia a la hora de escoger sus días de vacaciones? ¿Por qué se tenía que quedar ella sola en aquella ciudad aburrida y desierta?
Al notar que la frente se la arrugaba y que su pulso cardíaco se aceleraba, signos evidentes que su mal genio acechaba, decidió desterrar esos pensamientos especulando sobre lo que podría hacer aquella tarde.  Pensó en ir a la playa, pero la hora de coche que tenía para llegar a ella, el bochorno y las pocas ganas de llenarse de arena le hicieron cambiar de idea. El plan de leer un libro, entre chapuzón y chapuzón, en la piscina no le pareció tan mala opción; pero recordó que la última vez que fue acabó rodeada de niños hiperactivos por culpa de una sobredosis de azúcar, chillando y corriendo a su alrededor, mientras unas madres histéricas se desgañitaban en gritar ¡Dejar en paz a esa chica! con nulos resultados.  La alternativa del cine parecía la mejor opción, la sesión de la tarde, cuando la sala estaba casi vacía, sin el molesto zumbido de móviles en silencio o el murmullo de las conversaciones en sottovoce. Así que se dispuso a consultar la cartelera pero sólo había programadas películas infantiles, estúpidas comedias románticas o el manido blockbuster de cada verano con los mutantes, superhéroes, alienígenas o catástrofes naturales de turno. De este modo supo que la tarde la pasaría otra vez tumbada en el sofá, intentando sofocar el calor bajo el ventilador  de techo,  mientras que se imaginaba  en una playa paradisíaca, en un frondoso bosque o descubrimientos las ruinas de alguna civilización milenaria.

Y así fue discurriendo su larga y tediosa jornada, respondiendo a las exiguas llamadas con el  con el habitual fulanito no volverá hasta el 1 de septiembre, pasando niveles del Candy Crush, mirando el móvil por si no hubiera oído el pitido de llegada de algún mensaje o llamada, o ensimismada en sus pensamientos, todo ello para poder combatir el sopor de la mañana. Y a las 15:00 llegó por fin el final de su jornada. Cerró el ordenador, se dirigió al ascensor y picó el botón que la llevaría al hall, y mientras cerraba la puerta de salida dijo adiós al vigilante intentando esbozar una sonrisa, y se encaminó hacia la parada del autobús que la llevaría de vuelta a su casa mientras pensaba…  ¡Qué largo se le haría el mes de agosto¡... Y ¿qué narices haría ella en octubre, cuando estaría de vacaciones y todo el mundo hubiera vuelto a su vida cotidiana?
“El tedio puede escuchar todas las voces tentadoras, tiene camino para todos los extravíos, y no hay aberración que un momento dado no pueda servirle de espectáculo”

Concepción Arenal


martes, 12 de agosto de 2014

Adiós profesor keating....



El Club de los poetas fue creado con la intención de recuperar la palabra de todos los poetas que encierran dentro de si el verso escondido que clama por ser recitado. La palabra ordenada sin artificios, que necesita ser escrita y leída por todo el que ama las letras. No negaremos que el film “El club de los poetas muertos”, dirigido por  Peter Weir en 1989 , fue la inspiración para el nombre de este blog, porque el mensaje que nos deja a todos, es precisamente la importancia de la palabra libre como manifestación de todas las emociones. Frases que forman parte de la historia del cine y que han dejado huella en todo aquel que encuentra en la palabra,  su mejor forma de manifestación. Honor a quién con su imagen, dentro de un contexto literario, marco toda una generación.  Y por ello hacemos nuestro pequeño homenaje al inolvidable profesor Keating, magistralmente interpretado por Robin Williams...








¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, nuestro terrible viaje ha terminado,
el barco ha sobrevivido a todos los escollos,
hemos ganado el premio que anhelábamos,
el puerto está cerca, oigo las campanas, el pueblo entero regocijado,
mientras sus ojos siguen firme la quilla, la audaz y soberbia nave.
Mas, ¡oh corazón!, ¡corazón!, ¡corazón!
¡oh rojas gotas que caen,
allí donde mi capitán yace, frío y muerto!

¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, levántate y escucha las campanas,
levántate, por ti se ha izado la bandera, por ti vibra el clarín,
para ti ramilletes y guirnaldas con cintas,
para ti multitudes en las playas,
por ti clama la muchedumbre, a ti se vuelven los rostros ansiosos:
¡Ven, capitán! ¡Querido padre!
¡Que mi brazo pase por debajo de tu cabeza!
Debe ser un sueño que yazcas sobre el puente,
derribado, frío y muerto.

Mi capitán no contesta, sus labios están pálidos y no se mueven,
mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad,
la nave, sana y salva, ha anclado, su viaje ha concluido,
de vuelta de su espantoso viaje, la victoriosa nave entra en el puerto.
¡Oh playas, alegraos! ¡Sonad campanas!
Mas yo, con tristes pasos,
recorro el puente donde mi capitán yace,
frío y muerto.


Autor: Walt Whitman




domingo, 10 de agosto de 2014

Tiritas para la tristeza


¿Quién no ha buscado alguna vez la solución mágica para sus males?
Para nuestras penas y nuestros fracasos. ¿Quién no?
Para todo aquello que aunque invisible, se nos dibuja en el rostro una mañana cualquiera, casi siempre sin avisar y sin estar preparados.
Un bálsamo, sí.
Uno para las heridas. Esas que no sangran, pero que duelen como ninguna. Las de dentro, las de lo más profundo; las del alma…
La vida; la mía, la nuestra, se construye; la construimos a cada instante. Para envolvernos sin darnos cuenta con sus colores, con tonalidades de una paleta de la que no siempre somos pintores. Y si lo somos, muchas veces más aprendices que maestros.
Trazos gruesos, trazos finos…
Delicados o ásperos; pero que dibujan en el aire emociones y vivencias que marcan el paso de nuestro tiempo. Sinfonía de horas que nos modelan, que nos anclan o nos liberan. Que nos hacen como la huella al camino. 
Camino del que no siempre somos conscientes, ni cómplices. Que muchas veces no saboreamos por el simple placer de recorrerlo, de hacerlo nuestro, absortos simplemente en el horizonte. Extraviados en conseguir logros y metas más que en paladear cada segundo, cada paso. 
Y no siempre los matices son brillantes. No siempre.
A veces la vida nos regala horas amargas, para devolvernos a la tierra, de rodillas. Para volver a oler de cerca su esencia. Al simple terruño regado por aguas saladas, las nuestras. Y así dejar de sentirnos eternos, absolutos y volver a ser lo que siempre fuimos… seres de paso.
Y entonces, parece que perdemos el rumbo y hasta el norte.
Que lo que era sencillo se vuelve imposible, y la loma se torna montaña. Que falta el aire, la paz, y el sosiego. Y ya no encontramos soluciones, porque tal vez no existen, y si las hay parecen tan lejanas…
Sí. Todos nos hemos sentido alguna vez perdidos, sin salida.
Tal vez vivimos demasiado anclados al día a día, a la rutina que nos pone un corsé invisible que nos aleja de lo importante, y cuando este se presenta, a veces nos devuelve la humildad, para sentirnos vulnerables. Simplemente personas.
Y recordarnos, quienes somos, donde estamos y a quien tenemos.

Pero si buscamos dentro, hay respuestas. Solución donde siempre lo ha habido, alivio para el desconsuelo.
Tal vez pensemos que para esto no hay tiritas, que no se fabrican. Que no hay factoría para tan necesario producto, ni farmacia que las venda. Pero las hay, si sabemos buscarlas…

Tan cercanas, que pasan desapercibidas.
Tan baratas que no les echamos cuenta.
Tan sencillas, que no las recordamos.
Basta tan solo abrir los ojos, para verlas. Para sentirlas. Y entonces cuando todo parece imposible, aparecen. Porque siempre han estado ahí, cada día, pero lo habíamos olvidado.
Y en un instante, calman nuestras heridas. Alivian nuestros pies cansados, y de nuevo, vuelve la luz al sendero.
Las hay. Yo llevo unas cuantas sobre la piel herida.
 Son las de la ternura y el abrazo.
Las de aquí me tienes; las de la mirada que te envuelve, las de la mano y la calma.
Son las de la sonrisa y el cariño. Las de las noches contigo. Las de a cualquier hora o momento... pero a tu lado.
Las de unos pocos y las de muchos.
Las del AMOR con mayúsculas.
Sí, yo las llevo, no tengáis miedo.
Hay tiritas para la tristeza… y para la esperanza.

Autor: PROSILAND (@PROSILAND)

"Se oscurece el sol al mediodía y enmudece la música del alba cuando hay tristeza en el corazón"
                  Edward Young




Más de Prosiland en su blog Para el Viento... Blog de PROSILAND

miércoles, 6 de agosto de 2014

Del alma hoy hablo yo #Reseña


"Del alma hoy hablo yo" es el segundo libro de Vanessa Cordero Duque que nace, tal y como dice la autora, con el deseo de “vestir con palabras e  imágenes los retazos de los desvaríos de mis emociones y pensamientos más rebeldes.

Y es que llega un momento en que la vida te empuja, te grita e incluso llega a golpearte con caricias reflexivas de verdad y realidad. Hay un punto en el caminar de todo ser humano en que es necesario mirar hacia atrás para comprendernos a nosotros mismos, para entender nuestro momento actual y para fijar nuestra vista en todo el camino que queda por delante, un camino que nosotros hemos de construir con lo ya vivido, con las lecciones aprendidas, con los muros ya destruidos, con los gritos que callamos en nuestro ser, con las sonrisas perplejas de quietud. Llega un momento en que tu mundo interior te exige más dedicación, mirarte más por dentro y dejar de escuchar las voces y palabras del exterior. Simplemente llega el día en que las horas de tu reloj se detienen, te observan y te susurran que te escuches a ti misma y dejes de arañarte el alma con lo que piensen y digan los demás.

Porque al fin y al cabo en este libro, en estos versos, en estos relatos, en estos poemas y reflexiones visuales, dejo al descubierto mi alma, sin máscaras ni dobleces, sin medias tintas, sin miedos, porque ya me cansé de mirar al cielo y suspirar y que nadie comprenda el por qué de esta sensibilidad, ya me defraudaron los porqués disfrazados de comprensión de aquéllos que decían entender mis lágrimas en los moldes de una lectura o en los escalofríos de una melodía, porque hoy, aquí y ahora quiero ser yo misma, mirarme y quererme, respetarme, mimarme y encontrar mi verdadero destino siendo así, tímida, con una tal vez exagerada sensibilidad, soñadora, con miedos, dudas, ilusiones, sueños,...al fin y al cabo una persona como tantas y tantas, después de todo simplemente yo.

Me cansé del maquillaje con el que adorné en ocasiones mi alma, tal vez para hacerme querer, me cansé, a partir de ahora y desde este mismo momento y en este nuevo sueño de mi alma hablo yo. Del alma hoy hablo yo”.

Seguidamente os dejamos una pequeña pincelada de las letras de Vanessa Cordero, el  poema “Quizás…”, incluido en su libro “Del Alma Hablo yo”, el cual lo podéis encontrar en amazon,  en la web  http://www.vanessacordero.com/libro,  o en el correo electrónico palabrasysilencio@hotmail.es



Nos encontraremos,
en la frontera ambiciosa del tormento,
en lo indecible de la luz,
vagando reticente y sin miedo
en la coincidencia absorta
de lo que nunca fue eterno.

Apartada a solas me hallarás
con el norte diluido en la nostalgia,
y acomodada a lo oscuro mi alma,
pero esta vez no habrá desafíos,
y todo estará de nuestra parte.

Lo vulnerable morderá la desgana
e inauguraremos en lo infinito la verdad,
se quedará pequeña la inmensidad del mundo,
volarán los peces, las aves nadarán,
y puede que incluso yo vuelva a sonreír.

Bordearemos autopistas, lunas, puentes,
habrá mañanas sin miradas del presente,
verás mis dientes ocultos
de repentina risa vestidos,
se desparramará lo previsto, las prisas,
y se perderán las llaves de mi condena.

Nos encontraremos,
entre el color marfil de tu cuerpo
y las llanuras inciertas de mi desierto.

Autora: Vanessa Cordero Duque (@vanessa_ddm)


"No lo sé, puede ser, a lo mejor, tal vez, quién sabe..."

Gaspar Henaine, Capulina




La autora... Vanessa Cordero Duque  

 Amante de la pluma y el papel en blanco, soñadora con algunos sueños ya cumplidos y ciento y uno por cumplir, fiel testigo de las madrugadas en las que se mezcla con la luna para dejarse llevar por los dictados de su alma.
Nace en Badajoz en 1980. Desde muy pequeña siente verdadera pasión por la lectura y en especial por un género, la poesía. Se bebe sorbo a sorbo los libros de poetas como Luis Cernuda, Bécquer, Pablo Neruda, Federico García Lorca, y, en general, cualquier libro que sus manos tengan el placer de tocar.
Publica en 2010 su primer libro "Atrévete a sentirme", lleno de versos, letras, poemas, que relatan las experiencias y sentimientos de una joven con una inmensa sensibilidad.
Ha obtenido premios como el I Premio en el Certamen de Poesía San Pedro 2012 de Puebla de la  Calzada con el poema  "Volveré a vagar por los vientos de tu pueblo". También se le reconoció su trabajo en el XXII Certamen Poesía Calamonte Joven 2012, y le fue entregado el premio del IV Concurso de Minicuentos de Almendralejo, entre otros.
Esta joven que se mece en los recovecos de un verso sueña que este mundo se deje llevar más por los sentimientos y    la verdad, y que la sensibilidad se acople en el alma de todos aquéllos que creen en el poder de las emociones y en el valor de las palabras. Sueña con hacer sentir al menos un pellizco de emoción con sus versos entre los azules mundos interiores de aquél que quiera mezclarse con los vientos de su inspiración.
Más información de Vanessa Cordero Duque...  

domingo, 3 de agosto de 2014

Sobre coincidir




Sobre coincidir


Coincidir en un lugar… en un tiempo, en una canción, en un libro, en la línea de un poema, en una sonrisa, o en una mirada, coincidir…

Sobre Coincidir... Mientras coincidir sea el tiempo que estamos viviendo, sigue haciendo magia en mí con tu mirada.

Coincidir en la certeza de que no coincidiremos por mucho tiempo, y que te vas y nos perderemos poco a poco... se diluirá la magia…  se apagara la chispa... se calmaran las aguas... como todo... pasará... y es esta certeza que me hace ser más egoísta de este tiempo en que hemos coincidido, en el que me has hecho reír... reír…  sonreír y sentirme un poquito más feliz.

Y como dijo Filio en alguna canción "Sabes que me alimento, De lo que robo entre tus encantos"... que mientras coincidir sea el tiempo que estamos viviendo, pueda seguir alimentándome de lo que sin pretenderlo y sin saberlo me das.


He coincidido con la chispa
con el fuego y el deseo
he coincidido en todo
menos en el tiempo.

He coincidido con la risa en labios
de otros labios
con la chispa y con la química
cuando de repente te sorprende la magia
Te sorprende coincidir con otro ser
y no ser
no poder
no querer ser
No ser...

Y no necesito tocar tu chispa para quemarme
Ni probar tu química para probarte
Ni hacer magia para saberte
Ni coincidir contigo para siempre
para no olvidarte.

He coincidido en este tiempo
con tu risa y tus palabras
He coincidido
con la magia de tus ojos
la alegría de tu alma
y nada me hace más feliz
en este siglo, en este mundo
en este espacio
mientras coincidir
sea el tiempo

que nos toca vivir




"Hay personas que están unidas de por vida por un hilo al que llamamos casualidad, tejido por una araña juguetona a la que llamamos destino".
Paloma Cobollo

 


Más de Na Trenucima en su blog Suspiros del alma