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martes, 10 de enero de 2017

Conociendo a Gabriela Mistral...



Gabriela Mistral, seudónimo de Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, nació el 7 de abril de 1889, en la ciudad de Vicuña, Chile. Hija de profesores rurales, su formación fue casi autodidacta debido a los pocos recursos económicos de la familia y al aislamiento de la región donde se crió. En 1904 comenzó a trabajar como ayudante de profesora y gracias a los conocimiento que adquirió dando clases en escuelas rurales en 1910 consiguió convalidar el título de profesora. Su impronta como docente se puede ver en los distintos cargos que desempeño dentro del sistema educativo chileno, y en 1922, cuando tenía 33 años, fue contratada por el gobierno mexicano a fin de colaborar en la reforma educacional del país mediante la creación de escuelas y bibliotecas rurales.
En 1906, cuando ella tenía 17 años conoció al que ella denominó “el amor de su vida”, Romelio Ureta, un joven funcionario de ferrocarriles. Pero el 15 de noviembre de 1909, éste se suicida al ser acusado de un robo en la caja del ferrocarril donde trabajada, y ante la imposibilidad de demostrar su inocencia acabó con su vida. Esta tragedia hizo que Gabriela escribiera en 1914 "Sonetos de la Muerte" y con ellos ganó un certamen literario comenzando su fama como poetista. Los escribió bajo el seudónimo Gabriela Mistral, en honor a sus dos poetas favoritos, el italiano Gabriele D'Annunzio y el francés Frédéric Mistral, seudónimo con el que escribió el resto de su vida. En 1922 en Nueva York publicó “Desolación”, su primer libro, obteniendo el reconocimiento y el prestigio internacional como poeta. Un año más tarde, en España publica "Ternura", un libro escolar con poesías infantiles. En 1938, conmovida por la situación de desamparo de los niños españoles víctimas de la Guerra Civil, publica su tercer poemario, “Tala”, cuyos derechos cedió para ayuda a aquellos niños. En 1954 se publica "Lagar", el último libro publicado antes de su muerte, y el único publicado en su Chile natal. En él, Gabriel Mistral nos muestra sus deseos por volver a la vida rural de su juventud, la cual recuerda con aprecio y nostalgia.