Gabriela Mistral, seudónimo de Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, nació el 7 de abril de 1889, en la ciudad de Vicuña, Chile. Hija de profesores rurales, su formación fue casi autodidacta debido a los pocos recursos económicos de la familia y al aislamiento de la región donde se crió. En 1904 comenzó a trabajar como ayudante de profesora y gracias a los conocimiento que adquirió dando clases en escuelas rurales en 1910 consiguió convalidar el título de profesora. Su impronta como docente se puede ver en los distintos cargos que desempeño dentro del sistema educativo chileno, y en 1922, cuando tenía 33 años, fue contratada por el gobierno mexicano a fin de colaborar en la reforma educacional del país mediante la creación de escuelas y bibliotecas rurales.
En 1906, cuando ella tenía 17 años conoció al que ella denominó “el amor de su vida”, Romelio Ureta, un joven funcionario de ferrocarriles. Pero el 15 de noviembre de 1909, éste se suicida al ser acusado de un robo en la caja del ferrocarril donde trabajada, y ante la imposibilidad de demostrar su inocencia acabó con su vida. Esta tragedia hizo que Gabriela escribiera en 1914 "Sonetos de la Muerte" y con ellos ganó un certamen literario comenzando su fama como poetista. Los escribió bajo el seudónimo Gabriela Mistral, en honor a sus dos poetas favoritos, el italiano Gabriele D'Annunzio y el francés Frédéric Mistral, seudónimo con el que escribió el resto de su vida. En 1922 en Nueva York publicó “Desolación”, su primer libro, obteniendo el reconocimiento y el prestigio internacional como poeta. Un año más tarde, en España publica "Ternura", un libro escolar con poesías infantiles. En 1938, conmovida por la situación de desamparo de los niños españoles víctimas de la Guerra Civil, publica su tercer poemario, “Tala”, cuyos derechos cedió para ayuda a aquellos niños. En 1954 se publica "Lagar", el último libro publicado antes de su muerte, y el único publicado en su Chile natal. En él, Gabriel Mistral nos muestra sus deseos por volver a la vida rural de su juventud, la cual recuerda con aprecio y nostalgia.
Gabriela Mistral recitando el poema "Meciendo" del poemario "Ternura" de 1924
En 1928, adoptó a su sobrino, Juan Miguel Godoy, Yin-Yin y pocos años después, en 1933, comienza su carrera diplomática como cónsul, trabajo que ejerció durante más de 20 años. El niño la acompaño a lo largo de sus viajes como cónsul, viviendo en diferentes ciudades como Madrid, Lisboa o Los Ángeles. En 1944, cuando residían en la ciudad brasileña de Petrópolis, el muchacho se enamoró de una joven alemana, pero ante la oposición de Gabriela al matrimonio, éste se suicida el 14 de agosto de 1944. Un año después del trágico hecho, el día 10 de diciembre de 1945, le fue concedido el premio Nobel de Literatura, siendo el primer escritor latinoamericano galardonado con dicho premio. El premio Nobel no solo le fue otorgado por su obra literaria, sino también por una vida dedicada a la difusión de la cultura y su lucha por la justicia social y los derechos humanos.
A finales de 1945 se instala como cónsul en Los Ángeles, donde escribió gran parte de “Largar” en cuyos poemas se observa la huella de la Segunda Guerra Mundial. En 1946, en una conferencia en Nueva York sobre el escritor alemán Thomas Mann, conoce a la joven escritora y profesora universitaria Doris Dana, de 28 años, treinta años más joven que Gabriela, que acabo siendo su asistente personal, estableciendose entre ambas mujeres una estrecha relación que fue más allá de la amistad, hecho que siempre negaron. Permanecieron juntas hasta la muerte de la poetisa, que murió en Nueva York, el 10 de enero de 1957, tras una larga enfermedad. Doris Dana se convirtió en el albacea de su obra y en su principal heredera hasta su muerte en 2006. En 2009 se publicó parte de la correspondencia que ambas mantenían y de su contenido se revela lo profundo, íntimo y apasionado de su relación.
Su obra ha sido traducida a multitud de idiomas y ha influido en muchos de los grandes escritores latinoamericanos como Pablo Neruda y Octavio Paz. Su poesía es íntima y personal y su temática está ligada a su trayectoria vital ya que nos hablan de su labor como docente, su amor hacia los niños, la maternidad frustrada y el dolor por la muerte de los seres queridos. Y es a través de sus poemas que podemos conocer a la mujer que se esconde detrás de Gabriela Mistral, a Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, cuya vida tuvo muchos momentos llenos de tristeza, soledad y desolación.
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Gabriela Mistral recitando el poema "Miedo" de "Canciones de Cuna" en Desolación, 1922
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