¿Qué es
poesía?, preguntas mientras clavas en mi pupila tu pupila azul, haciendo brotar
regueros de espesa sangre. El bueno de Bécquer no advirtió de que doliera
tanto... Me cuesta horrores sostener tu mirada impávida.
Borbotones de
líquido rojo oscuro, casi negro, se deslizan cual tétricas lágrimas
humedeciendo mis mejillas, introduciéndose en mi boca, goteando, goteando sobre
losas menos frías que tu corazón, tan lentamente como si tiempo fuera sólo una
palabra.
Al fin bajas
la vista, suspiro y tú sonríes.
Jugueteas
puerilmente con tus yemas en mi sangre, dibujando palabras en el suelo,
palabras con las que luego escribiré los versos del alivio, creyendo, orgullosa
y neciamente, que son míos.
¿Qué es
poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía es la inocente belleza de todo el daño
que me causas, y del que ni siquiera te apercibes.
Desde aquí recomendar visitar www.votaycalla.com, el blog de SalvaSolano, donde se nos muestra de una manera irónica y mordaz la realidad político social de nuestro país.
Hoy es 25 de noviembre, día internacional contra la violencia de género, instaurado por la ONU en 1999 en honor a las hermanas Mirabal (Patricia, Minerva y Mª Teresa), tres activistas
políticas dominicanas, brutalmente asesinadas por la policía siguiendo
órdenes directas del dictador Rafael
Leónidas Trujillo. Hoy es un día de números, datos, y estadísticas, que ponen de manifiesto que la violencia contra la mujer
es una lacra social difícil de erradicar, una pandemia mundial que se nutre de
la discriminación y la desigualdad por razón de género que aun hoy persiste tanto en las leyes como en la sociedad. Y entre los muchos datos que hoy se podrán leer, está el aumento de la violencia de género entre los adolescentes, de las situaciones de abuso y dominio que sufren muchas jóvenes donde las nuevas tecnologías juegan un papel fundamental. Son muchas las que sufren un control férreo de sus parejas de través del teléfono móvil,
controlando cada uno de sus movimientos y recibiendo amenazas e insultos a
través de las redes sociales, y en estos casos ayudan más bien poco las típicas expresiones románticas que las adolescentes tienen como paradigma del amor, expresiones tales como “los celos son una demostración de amor”, “sin ti no soy nada”,
“eres mía y de nadie más” y que tan manidas estan en nuestra sociedad.
Y mientras uno lee las noticias que hoy se publican sobre el aumento de las agresiones en el ámbito familiar producto de la crisis económica que nos azota y que la disminución en el número de denuncias no se debe a otra cosa que al
miedo que tienen muchas mujeres a denunciar a sus parejas al depender económicamente de ellas, por la radio suenan supuestas
canciones de amor cuyas letras son odas a amores tormentosos, a relaciones tóxicas, a pensamientos suicidas ante la posibilidad del abandono, al dolor de una ruptura y la consecuente culpabilización por la misma. Estos son los temas de los que tratan muchas de las canciones que escuchamos, algunas nos las sabemos de memoria y las canturreamos sin pensar demasiado en el mensaje que transmiten; mensajes de como uno debe someterse a la voluntad de aquel al que se ama,
al cumplimiento de sus deseos para evitar que nos deje, en convertirnos en otra persona, transformanos en aquello que anhela simplemente para que nos haga caso... sin pensar que estamos transmitiendo la siguiente idea: complácele y te amará, el ser amado
es lo más importante, tu eres el resto, lo insignificante.
Decir que estás lejos
es decir que estás para siempre
La distancia es de los cuerpos y
tú eres esto que sucede
He tratado de no mirar hacia
adentro
pero ¿sabes? ahí está mi corazón
y el resto de la noche
No tendré tu amor
que se piensa que se tiene
pero es seguro; brilla...
y tú y yo aún caminamos bajo un
mismo sol
De esas calles que anduvimos
sólo regresarán los nombres
y aunque ninguno de los dos los
vuelva a recordar
siempre habrá alguien quien los
pronuncie
y vivirá el momento
cuando tomaste de mi brazo
y caminamos como enamorados
aunque yo sí te quería...
Los seres humanos en su breve
tiempo de existencia se plantean diversos interrogantes que evidencian una
inconformidad, una carencia, o la necesidad de llenar un vacío existencial, por
ejemplo: ¿Por qué soy así? ¿Qué le pasa al otro? ¿Existe Dios? ¿Qué hay después
de la vida?, ¿Qué es el amor? ¿Cuál es el trabajo ideal? entre otros.
Los interrogantes son la muestra
de cierta inquietud, de cierto malestar, son el reflejo de una incomodidad con
algo, con un hecho o con una circunstancia que de alguna forma nos afecta. Cabe
notar que la posibilidad de realizar avances científicos, de construir discursos filosóficos, morales o políticos,
la creación de estrategias económicas, entre otros, parten de preguntas que posteriormente se convertirán en un discurso, hipótesis, teoría o en un hecho
concreto. Dicho de otra manera, La incógnita aunque suene algo paradójico, es
la respuesta a la necesidad del hombre.
Saramago se propuso hacer de la
literatura un espacio para reflexionar sobre los interrogantes que mencionamos
antes, se propuso cuestionar las verdades que han determinado la manera en la
que vivimos y que se manifiestan a través de la Religión, la Historia, la Política. Este tipo de
cuestionamiento surge en un espacio narrativo que acude a la filosofía para
reflexionar sobre ello.
En otras palabras, para este
escritor la narrativa permite captar el espíritu de una época, sin demostrar
ninguna verdad, ningún absoluto, de hecho hacer de la literatura un espacio
propicio para la filosofía y viceversa, evidencia que no hay un único tipo de
discurso que entrañe lo absoluto y el lenguaje es la mejor muestra de ello.
Me fui de mi misma llevándome
conmigo las maletas de todos mis fantasmas, quise reordenar lo que ya nunca
jamás volvería a estar ordenado en el claustro de unos días que se irían en la
falda del tren donde una vez te encontré.
Yo, que nunca supe ver la belleza
de un cuerpo y los habitantes de mi alrededor me miraban de reojo colmándose
los labios de "loca" y "rara". Yo que sé, he sabido morder
una mirada en la distancia o besar una sonrisa en los errores de un verso que
siempre fue para alguien que jamás conocí, no sé, me he muerto en una estrella
una noche de octubre y me he levantado con ganas de volver a desfallecer en el
azafrán de su coraje. Siempre he sido y he vivido como un interrogante que no
viaja hacia fuera sino para dentro de la porquería que le recorre la sangre.
En mi biografía jamás habrá una
sonrisa, habrá doctorados en melancolías buscadas bajo el sofá sobre el que me
quedaba dormida cada noche intentando matarme a lágrimas. Absurda siempre fui,
perdedora que alguna vez ganó haciendo trampas a su propio definir.
La vida es un pájaro atrapado
lleno de heridas, el ámbar de una pelea de gigantes que siempre pierden ambos,
la vida es la constelación de los ojos rotos y los pies ensangrentados... La
vida solo sé vivirla tapándole la boca al colchón siniestro de mis
pensamientos.
“Todavía sigo sin poder hablar de eso. Tengo la oportunidad de solucionarlo y tengo que hacerlo con mucho cuidado. Desenvolverlo todo poco a poco, para saber cómo volver a envolverlo si me siento desbordado. Y todo el mundo sabe que para desenvolver algo como es debido, lo mejor es seguir los pliegues”.
Aprendió a caminar,
despacio, a su ritmo, notando sus latidos en cada paso…
Antes sólo corría,
siempre a galope, aceleradamente.Nunca
paró y se contempló, nunca se observó. Ahora sí, se detuvo, se miró y
comprendió…
Antes tenía pavor a
escucharse, a dejarse llevar, siempre al mismo insulso e insípido ritmo. Su
corta vida le enseñó a detenerse y mirar hacia los lados, ver más allá,
escuchar, sentir la lluvia, empaparse gota a gota, que su rostro mojado
liberara nuevas sensaciones. Recobró esa ternura
perdida, sus ojos mataron la dureza, sus labios vivían, sus manos rebosaban
tierna dulzura. Su corazón bombeaba calor desprendía esa fuerza escondida y las
piernas empezaron a pisar firmemente hacía el rumbo marcado.
Sus pies, ya sin
dolor, ya sin ese desmesurado dolor acumulado y con el lento caminar, empezó a
descubrirse. Olía, fritaba, saltaba sin necesidad de un por qué. Ya no contaba
los pasos, ni las horas, Su reloj se paró, por fin se había tomado su tiempo.
Desapareció el tic tac, ya no sentía presión en su alma, la cambió por una
sonrisa, porque aprendió a caminar despacio.
Aprendiz de sus
pasos, aprendiz de su vida. Y es que la libertad comienza en uno mismo. El
resto, el resto, si que es una cuestión de tiempo.