A
ti te miro tapiz de plácida bonanza,
para
encontrar mensajes en la espuma que se arrastra
por
esta arena llena de memoria,
que
como manto se tiende ante mis pies descalzos.
Centellean
las burbujas en su loco salto,
rozándose
entre ellas y haciéndose concierto.
Me
acerco a ti en busca de respuestas
y
me recuerdas que formo parte de tus tiempos.
Me
haces marea que vaga por todos los océanos,
arribando
a playas o bañando acantilados.
Sobre
tus ondas sueño con ser el barco,
que
empuje el viento y me lleve hasta sus brazos.
No
importa si me llamas en ocasos o en auroras,
con
murmullos azules o recitales de olas.
Mi
alma quiere elevarse y volar como gaviota,
paseada
por el viento que me lleve hasta su encuentro.
O
terminar sumergida enredada entre corales,
que
den color a esta locura de pasiones impetuosas.
Nadar
tus aguas tranquilas o furiosas,
rompiendo
surcos que se batan en mi cuerpo.
Naufragar
con él hasta alcanzar juntos un puerto
donde
mirándote vivamos albas infinitas.
Mi
piel se ciñe a tu mojada caricia,
perdiéndose
en mensajes que se caen de mis manos.
Te
haces voz para llegar hasta el que sueña
y
recordarle que en esta playa le espera una sirena.
Eres
uno y tantos mares bogando en mis poemas,
salpicados
de sal que en una tímida vela se despliega.
"Fue a la vera del mar, a medianoche. Supe que estaba Dios, y que la arena y tú y el mar y yo y la luna eramos Dios.Y lo adoré"
Antonio Gala
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