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domingo, 17 de enero de 2016

Dos




Cuando escuchó sus palabras algo se rompió por dentro. No estaba preparado; ni nadie lo estaría. Porque cuando alguien se entrega a corazón abierto no espera límites ni dudas, explicaciones ni partituras, solo caminos por descubrir juntos, sin más fronteras.
Había sido largo. Más de lo que nunca hubiera pensado…
Un viaje difícil y solitario como no recordaba. Nada es más complejo que andar buscando algo que nunca sabes cómo ni cuándo aparece; en ese éxodo interior en el que nunca hay norte ni guía. Y cuando surge, cuando de pronto una mañana se cruza en tu vida, todo se torna de otro color pero te vuelve transparente como no recordabas. Vulnerable. Abiertas de par en par todas las puertas, sin más cerrojos que la confianza. En mitad de ese dolor dulce y nuevo, como habías olvidado; realmente como nunca habías sentido.
Y así se hallaba. Suavemente perdido en su mirada. Esa que dolía.
Construir aquel amor no le había costado nada. Surgió solo entre la muchedumbre de horas y silencios, lento y raudo al mismo tiempo. Calma y ciclón a la vez. Ternura y pasión por igual. Tan íntimo, tan distinto. Tan difícil de hacer entender a nadie, incluso a ella misma; que nunca se había sentido igual. Porque nada es más verdadero que lo que no puede expresarse con palabras, ni más íntimo  e intransferible.
Y aunque entendía que a ella la duda le asaltara, náufraga de un amor tóxico que la había dejado extenuada, las palabras a veces herían como dardos invisibles. Aunque él supiera que en el fondo, aquel vuelo no era más que una dolorosa rémora de tantos años de oscuridad y vacío.
Calma...
Calma…
Así que aquella mañana, tras la tormenta solo hubo una calma corta y tierna. No necesitaba más porque la entendía y la quería tal y como era. No pretendía ni podía amar de otra manera; nadie debería hacerlo, pensaba. Porque no se puede querer a otro si no es con sus heridas y sus ausencias.
- Perdón por callar, por cambiar de rumbo, por soltarte la mano… por perderme y nadar en lo profundo - le dijo ella al oído. Y pensó que nada le había sonado nunca más dulce, ni llegado más dentro.
Dos...
Dos…
Y dos se encontraron. Se buscaron como si estuvieran diseñados para encajarse. No hubo más palabras. No era necesario. El camino seguía frente a ellos, y la vida solo estaba esperando.
Autor: PROSILAND


"Estábamos juntos, el después lo he olvidado"
 Walt Whitman




Conociendo un poco al autor... PROSILAND 

Un andaluz de izquierdas, amigo de sus amig@s, que confía en el ser humano y no se resigna a perder lo que aún le queda de niño. Un aprendiz de escritor que cree que solo… “Si podemos soñarlo, podemos hacerlo”. Escribo lo que siento, y lo escribo para ti… y para el viento…

Podeís encontrarle en twitter con el usuario @PROSILAND y disfrutar de sus letras en su blog Para el viento... Blog de PROSILAND. Aquí os dejamos enlace a alguno de sus textos publicados con nosotros: 




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