Musitas mi nombre y el sonido es de besos,
que se
acercan quedamente traídos por el viento.
Son
besos como fuego que deleitan mis sentidos,
recorriendo
mis venas y haciéndose latidos.
Tu voz,
aún siendo sílabas de callados enigmas,
se roza
con mis labios calcinando mi boca.
Me
besas con deleite perfumado en el misterio,
que
encierras sobre ti oculto entre las sombras.
¡Qué
tibia sensación la de tu ansiedad por mi espalda!
humedad que busca adormecerse en secretos.
Empieza el frenesí que va surcando mis pechos,
salvaje tempestad de ósculo de fuego.
Mi cuerpo desvaría en emocionadas ondas,
deshojando cada roce mientras dejas tu huella.
Tus labios van mojando cada pliegue de mi cuerpo,
tatuándose en mi seno y haciéndose memoria.
Mis
párpados se cierran mientras tus labios me llenan
del
néctar endulzado que brota de tu boca.
Envuelta por tu hálito que trepa hasta mis
sienes,
se
inmola aquel tiempo que me obligó a conjurar
la
espera de momentos que me restaban la vida.
Me
besas y no hay cifras que cuenten la distancia…
Ahora
eres verbo en mi boca,
tus
labios y los míos se conjugan sin poder separarse.
Autor: Nerea Acosta (@lenenaza)
"Hay cosas que no pueden decirse sino besando... Porque las cosas más profundas y las más puras quizá no salgan del alma si no las llama un beso"
Maurice Maeterlink
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