f

lunes, 17 de agosto de 2015

El Profesional (Cuadros sobre la guerra I)





No podía recordar el día que su hijo Andrea le había presentado en casa a la mujer con la que terminó casándose. Sabía que era un detalle sin importancia, pero le molestaba ir perdiendo el contacto con la familia, desde que su nuera le hiciera hacía seis meses, no había dejado de pensar en ese tipo de cosas, las sonrisas y el calor de la familia. Llevaba casi una hora pensando en detalles del pasado, intentado rememorar los momentos agradables mientras afilaba aquel condenado machete con las dos piedras que guardaba para  hacer su trabajo. ¿Qué más daba afilarle mucho o poco? En ese momento pensaba en las tardes que él y su mujer pasaron en casa en su último permiso plagado de lluvia, sin nada mejor que hacer que ver un rato la televisión, los telediarios, y esperar la cena. ¿Qué le importaba el condenado machete ahora si su mujer estaba abandonada? La última carta hablaba preocupadamente de la artritis que padecía, ¿por qué no se pedían medicinas? Eso si interesaba. Esperaba que no fueran muchos los dolores, bien sabía él lo que había pasado aquella valiente mujer para criar a tres hijos y aguantar los malos tiempos, normal que a su edad le asaltasen achaques, tampoco él era un dechado de la naturaleza pero en estos tiempos cualquier hombre estaba en condiciones de combatir. El largo cuchillo ya estaba en condiciones, y si tenía dificultad para cortar no le interesaba mucho, se lo metió en el cinto. Miro el reloj y se encaminó por el pasillo del cuartel, bajó dos tramos de escaleras, palmeó a un joven recluta semidormido al que guiño el ojo suponiéndole asustado de pensar que fuera el teniente. 
- Lo siento es que tuve guardia ayer... 
- No pasa nada, eres un buen soldado, pero no vuelvas a dormirte.Le   dijo cariñosamente.
- Eso haré, ¿vendrá luego a ver el partido? esta vez han separado a    los jugadores croatas y serbios y se verá una alineación más      ofensiva.
- Habéis conseguido sintonizar otra vez la cadena desde aquí.
- El radio, que es un artista-. contestó el joven con una sonrisa de    oreja a oreja.
- Pues luego me acercaré con cerveza, y nos reímos de esos...que   no creo que metan un gol al arco iris. Voy a pasar dentro.
Le Abrió una puerta y entró en una habitación en penumbra. Se acercó al fondo de la sala.

-Bueno te lo has estado pensando, vas a decirme a que hora llegarán esos refuerzos por la carretera del valle... o sigo como antes.
El prisionero aludido no habló, sólo abrió la boca para llorar; le agarró por el pelo con brutalidad y lentamente cortó la punta de la nariz sin cerrar los ojos, calculando el corte para que este no fuese mortal, el prisionero pataleó, se arqueó hasta casi romperse en la silla gimoteando; arrojó el trozo de carne sanguinolenta a los pies del prisionero, entre los jadeos de horror de este.
- Piénsatelo hijo, acabarás hecho un adefesio si no hablas –dijo mientras limpiaba el cuchillo en la gorra del enemigo –, volveré a preguntártelo más tarde, puede ser muy largo, otros muchos han intentado ser más duros y han pedido clemencia, fíjate que nariz más horrenda se te ha quedado al cortarte ese trozo asqueroso que está a tus pies, te lo dejaré ahí, para que veas como se puede ir cortando a un hombre lentamente lo que se le antoje a otro hombre. Necesitamos esa información para ganar y salvar a los nuestros, esto es así o vosotros o nosotros, la patria debe buscar su independencia por fin, la autodeterminación de mi pueblo, ahora estamos cerca, no hay clemencia. No voy a decirte de momento hasta donde llegaría, pero acabas hecho una mierda. Sólo te diré que dentro de un cuarto de hora empezaré a abrirte otro boquete en la palma de la otra mano, o puede que te quite un par de dedos para que no vuelvas a tocar como Dios manda a una mujer, ya veremos entonces si hablas. Todos los hacéis mientras os meáis de miedo, ya lo he visto muchas veces.
 Y se fue. 
Autor: Conrad Quevedo (@theyoungQuevedo)



No hay comentarios:

Publicar un comentario