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jueves, 12 de noviembre de 2015

Calm down


Abrió la puerta de casa y un silencio lo invadió todo, extraño que no hubiera nadie. Dejó el bolso y el abrigo colgados en el perchero de la entrada y se quitó los zapatos, y decidió aprovechar uno de esos pocos momentos en qué se encontraba sola en casa para darse uno de los pocos caprichos que podía permitirse; así que se dirigió al baño y encendió el grifo de la bañera y cuando el agua alcanzó la temperatura deseada la llenó echándole aquellas sales de baño que alguien le había regalado por su cumpleaños. Mientras se desvestía, su cabeza no paraba de pensar, en la grave crisis que estaba atravesando su matrimonio debido a la precaria situación económica en la que se encontraban, crisis que parecía irremediable al comportarse ambos más como un par de extraños que comparten piso que como una pareja; en la profunda depresión en la que había caído su marido después de haber perdido su trabajo 3 años atrás, siendo incapaz de salir de ese pozo sin fondo; en qué su exiguo sueldo de secretaria apenas le alcanzaba para pagar el alquiler, y los suministros de agua, gas, y electricidad…
...Y un suspiro de alivio salió de su boca al pensar cuan peor podría ser su situación si se hubieran comprado aquel piso de exagerado precio 7 años atrás. En el instinto animal que le salía de las extrañas al ver u oír decir a los políticos de turno que la precaria situación en la que se encontraban muchos se debía al haber vivido por encima de sus posibilidades años atrás aunque ahora para todos la situación había cambiado y las cosas empezaban a mejorar... Pero ¿Quiénes eran esos todos?… 
Su interior no podía soportar esa sensación de impotencia, vergüenza y culpabilidad al tener que pagarle sus padres casi todos los meses alguna factura porque su sueldo no daba para más. Pensaba en la tristeza que la invadía cuando sus hijos, de 5 y 7 años, heredaban la ropa de  sus primos y que tuvieran que comer cada día en casa de los abuelos ya que ni con la beca alcanzaba para el pago del comedor del colegio, y lo mucho que ayudaba este hecho a la economía familiar; no podía dejar de pensar en la suerte que tenía de poder acudir a su familia si las cosas pudieran torcerse un poco más.
Y al acabar de desvestirse entró en la bañera y se sumergió completamente en el agua, sintió que todos los músculos de su cuerpo de destensaban, en lo etérea, liviana y ligera que se sentía dentro del agua, en como disfrutaba escuchando el sonido del silencio, mientras en su cabeza sólo se repetía un único mensaje calm down, calm down, calm down…
                            Autor: Carmen (@Persefone123)


"Y mañana al despertar volveré a sentir la misma impotencia 
y la misma angustia por seguir sintiendo lo que siento" 

Blue Jeans

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