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lunes, 16 de junio de 2014

La propiedad

  
La Propiedad


“¿Qué sería de la Libertad sin la igualdad  de todos los Derechos para las minorías?”


Qué orgulloso estaba  aquel granjero de finales  del siglo XVIII frente  a las costas  del Estado americano de Oregón. Había construido una granja preciosa en una tierra lejana  y fértil. Todo trabajado con mucho esfuerzo y sacrificio. Tenía mujer, dos hijos pequeños y  un enorme horizonte azul pacífico. Era su tercera primavera en el lugar y ya  estaba todo  terminado mientras las primeras cosechas ofrecían sus frutos.

Aquella  tarde  mientras  paseaba  por  los  alrededores  de  su  casa  vio  a  un  hombre  arrancar una lechuga de su huerto y le llamó la atención.

 - ¡Oiga, qué hace!, esto es de mi propiedad.
- ¿Con qué derecho? - reclamó el hombre -.
- Porque he construido esta casa y labrado estos campos con mis manos.
-Pues  estas  diez  mujeres  y  nueve  hombres  que  vienen  conmigo  –  en  ese  momento  aparecieron  varias personas bajando una colina cercana -, más yo, venimos de muy lejos  para  instalarnos  por  estas  tierras  vírgenes.  Y  decidimos  que  esto  es  ahora  de  nuestra   propiedad.
- ¿Con qué derecho? – sólo acertó a decir el asombrado y enfadado granjero -.
- Con el derecho de la Democracia. Nosotros somos veinte y usted uno.
- Tengo mujer y dos hijos pequeños y esto es de mi familia.

Afirmó el granjero un tanto asustado al estar rodeado de tanta gente.
- De eso nada, le estaba diciendo que por veinte votos a favor y dos en contra, pues sus   dos hijos son menores para votar, estas tierras quedan ahora de nuestra propiedad.
- Entonces... ¿estoy desamparado ante la justicia?
- Bueno, la justicia es ahora un tribunal compuesto por veintidós jueces que son todos los   electores  de  estas  tierras.  Veinte  de  los  cuales  hemos  decidido  que  usted  y  su  familia  tendrán  derecho  a  utilizar  los  establos  como  vivienda;  y  su  manutención  la  pagarán   trabajando para nosotros. Eso es lo justo. Así que venga, ¡a trabajar!.

Así  el  granjero  dejó  de  ser  granjero  y  se  convirtió  en  un  esclavo  de  la  injusticia  enmascarada de democracia. 



"La democracia constituye necesariamente un despotismo, por cuanto establece un poder ejecutivo contrario a la voluntad general. Siendo posible que todos decidan contra uno cuya opinión pueda diferir, la voluntad de todos no es por tanto la de todos, lo cual es contradictorio y opuesto a la libertad".
 Immanuel Kant 




1 comentario:

  1. En esencia lo has explicado bien. Pero al final me quedo con la frase de Winston Churchill "La democracia es el peor sistema imaginable, - pero NO conozco uno mejor". Él, que cambio de partido dos veces, y al final de la Segunda Guerra Mundial no fue reelegido después de ganar la guerra y el pueblo inglés, prefirió al líder laborista que había estado en segundo plano. Lo expreso en su despedida diciendo: el sistema democrático es el único que consigue mandar al hombre que mantuvo a Inglaterra fuera de los brazos de Hitler a su casa a pintar cuadros (le gustaba la acuarela)

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