Siempre
huyendo del contacto de tu mirada
porque
a la tierra me deja clavada.
Siempre
huyendo del calor de tu piel
que
me abrasa y me convierto en la dulce de miel,
del
color de mi mirar.
Siempre
huyendo de tus manos,
que
exploran, palpan y aniquilan mis sentidos.
Siempre
huyendo de tu boca
que
me empapa, me muerde y me susurra
en
la mente y en la piel
te
amos teñidos de lujuria
llevándome
al absoluto caos.
Siempre
huyendo del firme, fuerte y delicioso
empuje
de sus caderas soldadas en mi interior.
Siempre
huyendo de los ríos y mareas
que
provocas cuando me tocas.
Siempre
huyendo cuando me arqueo
sobre
tu cuerpo.
Siempre
huyendo cuando te muerdo
en
un gemido para liberarme.
Siempre
huyendo con mis manos,
arañando
tu fuerte espalda,
dibujando
senderos de huida sin salida.
Siempre
huyendo cuando te tomo con mi boca,
libre
de tus salvajes y depravados instintos,
en
vanos intentos de llevarte a una placentera dulce muerte.
Siempre
huyendo de la mezcla de tus fuegos con mis mares.
Siempre
huyendo mujer de agua y viento,
Siempre
huyendo del hombre de tierra y fuego.
Siempre
huyendo, mas no consigo escapar.
Autor: Ángela Ceniza (@Sirena_Marciana)
"¿A dónde huir? Tú llenas el mundo. No puedo huir más que en ti"Marguerite Yourcenar
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