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jueves, 11 de diciembre de 2014

Desde un cementerio




Te tenía a ti, preciosa.
Te tenía sin estos amargos días.
Te tenía a ti, alegría.
Te tenía sin recuerdos que ahogan.
Te tenía a ti,
me tenías a mí.
Nos teníamos los dos,
teníamos amor.
Tenía tu iris de azul cielo,
tu rostro de nívea luna,
esos tiernos labios, locuras
de valentías y miedos.
Te tenía a ti, mi cielo.
Te tenía a ti, tormento.
Te tenía a ti, mi vida.
Te tenía a ti junto mi ida.
Te tenía pero, ahora, no te tengo
tras el viaje cubierto de negro
al cálido y confortable entierro.
Te tenía pero, hoy, no te tengo
pues habito en sepultura oscura
mientras siento miedo
de hallarme muerto sin cielo.
Siento una gran locura
por no tenerte, mi averno.
Te tenía a ti, ayer a ti,
hoy, la muerte tengo.
Te tenía a ti, ayer a ti,
hoy, el olvido poseo.
Te tenía a ti, luz de luna;
te tenía a ti, mi locura.
Te tenía pero, ya no te tengo
mas, un negro recuerdo soy.
Amor, no sufras por mi tormento
pues tan solo un recuerdo soy,
un olvidadizo recuerdo.







Más de Guillermo Gozalo en su blog Seudónimo Oculto 


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