Te regalo una Navidad
Compró el abeto más grande y frondoso que encontró en la Plaza del Centro, donde año tras año se instalaban los tenderetes de adornos y luces. Había pasado tantas veces por allí sin tan siquiera girar la cabeza para observar algo que le pudiera llamar la atención de toda aquella algarabía. Pero este año sería diferente, quería complacerla, se lo había pedido tantas veces pero, él se mostraba renuente a ese tipo de celebraciones. Sabía que Silvia había crecido en un ambiente donde la navidad era celebrada con mucha ilusión y alegría, con la casa llena de luz y colores. Su desapego a este tipo de celebraciones le había hecho actuar de una forma bastante egoísta ¿qué importaban sus ideas si eso la hubiese hecho sentir feliz en esas fechas?
Eligió el lugar más apropiado para el árbol, sería en el centro, donde ella pudiera mirarlo desde cualquier lugar del salón. No tenía ni idea de cómo adornarlo, pero pensaba que tampoco sería tan complicado. Muchos colores brillantes, purpurinas y luces. También pondría guirnaldas y velas muy grandes y llamativas. Mientras se afanaba en preparar la sorpresa para Silvia, comenzaron a rodar algunas lágrimas por su rostro, pero continuó hasta quedar satisfecho con cada detalle.
Se sentó en el sofá para admirar su obra y mirando hacia la butaca preferida de su mujer dijo: ¿Te gusta amor? Lo se, es tarde, pero aunque ya no estés conmigo, quiero regalarte la navidad que nunca te di, porque tu ausencia no será ningún obstáculo, porque sigues viviendo en mi y juntos celebraremos nuestra primera navidad.
"El mejor regalo que podemos ofrecer a alguien amado es un momento de felicidad. Nada material podrá jamás sustituir una sonrisa que hayamos provocado".
Autor: Nerea Acosta (@lenenaza)
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