En
estas fechas tan señaladas mi querida amiga quiero acordarme de la gente que
aprecio y guardo en mi corazón, por eso te envío esta breve carta junto a la
postal, supongo que estas fechas serán un caos para ti, igual que para mí,
además,porque no decirlo, son una porquería. Y es que hasta las narices estoy
de ver pasar navidades y mi tiempo hablando de este maldito fin de año, ¿es que
no sabemos que los años se acaban? que además me hace más vieja y que encima todos
sonríen porque sí. Estoy harta de vivir rodeada de tarados y ambiciosos
hablando de sus problemas sicóticos. Unos buscan a la mujer ideal y otras al
príncipe azul, ¿es que no saben con quien viven? Reprimidos consumidores de
cotillón en estas fechas, querida. Que sí, una mierda esto del veinticinco y
treinta y uno para pasar más tiempo cagando en el water el veintiséis y el uno.
Siempre grandes cantidades, parece que fuésemos a preparar cena para toda
África, y luego comprar regalos en un akelarre consumista en grandes almacenes,
viendo como me endeudo un poquito más de mi sobrepasado límite. Odio las cenas
de empresa, porque me explotan mentalmente. Desperdicio tanta energía estos
días que llego a las rebajas encorajinada y no sé que comprar, debo dar miedo a
los hombres por poner siempre esa cara de asesina potencial cada vez que hablo
de que mi talla es la M y no la L y que el rojo de Zara o Mango destiñe si no
se lava bien.
Un asquito de fechas, tómate un balium como hago yo, además nadie se da
cuenta - excepto si te caes encima de la cena con los ojos en blanco como me
pasó las pasadas navidades - porque nadie te mira ya. Te acuerdas de Cecilia la
bióloga amante de la madre naturaleza que nos daba la tabarra con lo bonitos
que eran todos los bichos, la que fue a una universidad de pago, le pego un
tiro a su perro por morderle al que iba ser su novio. Una pena, tan guapo y
vitalista, y el chaval cogió la rabia en un pis pas. Mejor, nos ahorramos otro
bodrio de boda. Pero digo yo que el pobre perro no tenía la culpa de estar
enfermo.
Estaba hablando de la Navidad, esas fechas de amor y amistad con todos.
Completamente desvirtuadas en su función religiosa gracias a los clichés, pero
no quiero seguir escribiendo mucho del tema que acabo más cabreada que un
palestino en Belén rodeado de judíos.
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